León, Guanajuato.- Una tarde reciente, el equipo de La Silla Rota realizó un recorrido por el fraccionamiento Brisas del Lago, en la ciudad de León. Lo que se encontró no se parece a lo que uno imaginaría de una zona residencial: entre los muros y casetas de seguridad de los cotos privados, lo que predomina no son las casas, sino los negocios.
Desde el acceso principal, lo primero que salta a la vista es el incesante desfile de locales comerciales que se extiende por más de tres kilómetros a lo largo de la avenida central. En esa vía, que debería ser el corazón tranquilo de una comunidad habitacional, se despliega una mezcla caótica de panaderías, pizzerías, licorerías, ópticas, cibercafés, gimnasios, fruterías, tiendas de ropa, veterinarias, carnicerías, tiendas de productos de limpieza, barberías y más. A tal grado que varios de estos giros se repiten dos o tres veces a lo largo de la misma calle.
Te podría interesar
“Parece un mercado más que un fraccionamiento”, comenta un vecino que camina con su hijo al volver de la escuela. “En la noche esto se llena de puestos, luces, bocinas. Es como un tianguis fijo”.
Y no exagera. Al caer la tarde, Brisas del Lago se transforma: aparecen los vendedores ambulantes, se encienden los puestos de comida callejera, se multiplican los transeúntes. Hay tacos de todo tipo: de tripa, de pastor, de suadero, de canasta. Contamos al menos 20 taquerías diferentes, además de antojitos, hamburguesas, crepas, elotes y más.
“Yo vivo aquí desde hace ocho años”, dice otro habitante, dueño de un pequeño gimnasio. “Antes sí era más tranquilo, pero con el tiempo esto se volvió un corredor comercial. Lo bueno es que hay de todo y no tienes que salir a otro lado, pero también ya no se siente como fraccionamiento”.
Lo que originalmente parecía ser una zona de viviendas privadas ha mutado, en los hechos, en un centro comercial al aire libre. Aunque los cotos resguardan su privacidad, el ambiente general del fraccionamiento está marcado por el dinamismo comercial. Incluso grandes cadenas como OXXO y Bodegorrera han abierto sucursales en la zona, además de negocios como Umbara, que refuerzan la sensación de que esta no es una zona residencial cualquiera.
Este crecimiento comercial no ha sido regulado del todo. No hay uniformidad en los giros ni una planeación visible. Algunos vecinos lo celebran; otros lo lamentan.
Brisas del Lago es, en la práctica, un híbrido que rompe los moldes urbanos tradicionales. Un lugar donde los tacos y las barberías compiten con las casas por el protagonismo del espacio.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
