León, Guanajuato. — El pasado ya se siente en la piel apenas se cruza la puerta. El eco de lo que alguna vez fue un paraíso de baratijas y luces fluorescentes resuena ahora en pasillos vacíos, pisos sucios y anaqueles rayados con aerosol negro. China City Campestre, la tienda de importaciones chinas más grande de León, agoniza a la vista de todos. Su muerte está anunciada: cerrará definitivamente el 30 de abril.
La ciudad de León ¿le ganará la batalla a China sobre quien se quedará con los clientes del mercado local?
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Ubicada donde alguna vez estuvo La Comer, en Plaza Campestre, esta megatienda fue inaugurada el 21 de abril de 2023 con un objetivo ambicioso: convertirse en el templo del consumo barato, del todo en uno, del “lleve, lleve” sin control.
Pero lo que comenzó como un hervidero de clientes con carros llenos de artículos inútiles pero irresistibles, se convirtió en un lugar fantasmagórico, víctima de su propia saturación, de la economía y del abandono.
Este lunes, el equipo de La Silla Rota Guanajuato recorrió sus entrañas. Lo que encontramos parece sacado de un capítulo distópico: el piso está desgastado y cubierto de suciedad, los muebles rotos, los letreros descoloridos. Anaqueles que alguna vez ofrecieron montañas de juguetes, lámparas de lava y utensilios de cocina brillan hoy por su ausencia. Sólo quedan los rezagos: cosas que nadie quiso, ni siquiera con el 50% de descuento.
El desorden impera. “Aquí ya nadie cuida nada”, dice una empleada del área de cajas mientras observa cómo unos niños patean una caja abierta sin que nadie les diga nada. “Ayer se robaron dos ventiladores de los grandes, no sé ni cómo le hicieron para llevárselos”, confiesa, entre resignación y asombro. El ambiente no es sólo de liquidación: es de saqueo lento y sin vigilancia.
Curiosamente, algunos empleados aún niegan el cierre. “Va a llegar más mercancía esta semana”, repiten como si quisieran convencerse a sí mismos. Pero el panorama los contradice: vitrinas vacías, estantes caídos, productos apilados sin orden, y clientes que ya no preguntan precios, sólo cargan lo que pueden con rapidez. Como si el tiempo se acabara. Y es que se acaba.
China City Campestre fue una rareza en su especie. Un monstruo comercial que ocupó el hueco dejado por una cadena mexicana y lo llenó de plástico, luces LED, imitaciones y música ambiental incesante. Durante sus primeros meses, parecía inagotable: una máquina de consumo con productos para todas las edades, gustos y necesidades, fabricados al otro lado del mundo.
Pero hoy, ese imperio está en ruinas. Ya no hay música. Ya no hay vigilancia. Ya no hay orden. Sólo quedan las huellas de una caída inevitable. En medio del polvo y el desinterés, esta gran tienda nos recuerda que incluso los lugares construidos para durar poco, terminan antes de lo planeado.
Y mientras los arrendadores del inmueble ya confirmaron que al terminar abril no habrá más China City, sus paredes grafiteadas y sus estantes vacíos se convierten en la última gran liquidación de un sueño de consumo masivo. Un sueño que se desvanece entre el caos y el olvido.
La creciente presencia de importadoras chinas en León, Guanajuato, ha generado preocupación entre comerciantes y autoridades locales debido a su impacto en el comercio local. Según Alejandro Arena Barroso, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CANACO SERVyTUR) de León, actualmente operan alrededor de 35 tiendas de origen chino en la ciudad, y se espera la apertura de al menos cinco más en el corto plazo.
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