EL LEÓN DEL AYER

Los ojos de agua que desaparecieron al pie del calvario en León

En lo que hoy es el Parque Hidalgo y el bulevar Adolfo López Mateos, se encontraban dos ojos de agua, el más pequeño era utilizado para fines recreativos

Los extintos ojos de agua en el Parque Hidalgo permitían a los leoneses gozar de apacibles tardes sobre su pequeño lago
Los extintos ojos de agua en el Parque Hidalgo permitían a los leoneses gozar de apacibles tardes sobre su pequeño lago Créditos: Fotografía de José R. Mena de la Familia Mena
Escrito en GUANAJUATO el

León-. A finales del Siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en el Parque Hidalgo  se encontraban dos ojos de agua, en ese entonces en el lugar había bastantes árboles como mezquites y álamos, los leoneses solían pasear disfrutando de un paraje campirano en la naturaleza con el Templo Del Calvario en el horizonte sobre una cima rocosa, y utilizaban uno de los ojos para navegar plácidamente sobre la superficie del agua.

Luis Alegre Vega, Cronista Municipal de León, explicó a La Silla Rota que existían dos ojos de agua en los que los habitantes de León se abastecían: “El grande y el chico. El "grande" es el que alimentó a la ciudad por tres siglos, estaba más o menos donde hoy es Chevrolet del Parque.

El ojo de agua que aparece en la fotografía tomada por fotógrafo sanfelipense José R. Mena es “El chico”, precisó el Cronista de León que el manantial se encontraba en donde hoy se encuentra la gasolinera del Parque Hidalgo y bulevar Adolfo López Mateos.

En la fotografía se aprecia el paisaje, al fondo, se alza el Templo Del Calvario rodeado de mezquites, la cúpula de la iglesia se refleja sobre el agua, a la orilla los antiguos leoneses quedaron enmarcados para siempre gozando de un lugar que ya no existe.

Ilustración del ojo de agua chico realizada por le grabador José Guadalupe Posada

Este ojo de agua se utilizó para la recreación, José Guadalupe Posada, el creador de La Calavera Garbancera (La Catrina), ilustró el ojo de agua: los leoneses disfrutaban de paseos en lancha, sin embargo, Luis Alegre Vega explicó que el ojo de agua no siempre estaba al mismo nivel.

 El libro “León en 1872 apuntes Geográficos y Estadísticos” por el Dr. José García Saavedra y Noticias Topográficas y Estadísticas de la Ciudad de León de Los Aldamas por Antonio J. Cabrera detallan que al Noroeste: “Inmediatos a la ciudad, hay dos ojos de agua, especie de fuentes naturales no termales cuya agua sirve para el aseo de los habitantes; para lavar las pieles de las curtidurías, y para el riego de las huertas que disfrutan merced de agua”.