León.- Le gritó, la humilló y le rompió su permiso de lactancia frente a todos los ciudadanos, así empezó el tormento de Naty, madre y policía vial de León que días antes del Día Internacional de la Mujer fue despedida después de 4 años de hostigamiento e injusticia laboral.
El 9 de mayo de 2020 las calles del Centro de León estaban a reventar. Era poco antes de la 1:00 de la tarde y al tráfico diario se le agregó el generado por quienes iban a comprar regalos y flores para el Día de las Madres.
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A la oficial Naty, como le dicen de cariño a Karina Natalia Landeros Gómez, le habían dado la responsabilidad de coordinar el tránsito en la calle Josefa Ortiz de Domínguez esquina con la calle 20 de Enero. Hacía sol y mucho ruido, pero ella trabajaba con normalidad hasta que llegó un superior.
Bajo el estrés de la zona Centro la regañó haciendo evidente su molestia hacia ella sin importar a la gente alrededor. Entre humillaciones, gritos y maltratos verbales gritó a un nivel suficientemente alto para que otros escucharan. Ciudadanos y comerciantes fueron testigos de la vergüenza a la que fue sometida Naty.
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Entre llantos y preocupada por sus hijos, la oficial, no tuvo más opción que en ese momento recordarle que tenía que retirarse para darle de comer a su bebé. El permiso de lactancia que le mostró tenía la 1:00 de la tarde como la hora destinada para llevar a cabo sus responsabilidades como madre, pero esto terminó de enfurecer a su superior que destruyó el papel.
“Lo arrugó y lo hizo bola frente a mi cara. Lo rompió, todos vieron. Me humilló frente a todos”, relato Naty.
Alguien le aconsejó a Naty que hiciera un reporte, pero al hablar con su director, fue convencida de tomarse unos días a cambio de no denunciar la agresión. Callarse, tuvo como consecuencia que sus siguientes años fueran caracterizados por hostigamiento y maltratos.
“Te voy a traer al tiro”, fue la promesa de su encargado a quien decidió no reportar de manera formal, hacia Naty.
Por temor, la oficial madre de 3 hijos buscó un abogado particular quien le recomendó dirigir un informe a Contraloría, Asuntos Internos y la Procuraduría General de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato, esta última institución fue la única que le dio seguimiento.
Mientras tanto, la cambiaron de área, pero esto no llevó a una mejoría para Naty. A los 6 meses de su embarazo la tuvieron trabajando de pie en las calles. En un punto le ordenaron correr detrás de una camioneta, pero no pudo hacerlo por la condición de su embarazo.
De acuerdo al Artículo 166 de la Ley Federal del Trabajo, durante el embarazo, las mujeres no deberán realizar trabajos que impliquen esfuerzos considerables y pongan en peligro su proceso de gestación. Aun así le levantaron un acta.
La misma Ley señala que no deberían estar de pie durante largo tiempo, pero no dejaron de exigírselo a Naty sino hasta después de este incidente.
“Me mandaron a la comandancia a hacer trabajos administrativos. Fueron meses de hostigamiento y acoso”, recuerda Natalia.
Estaba en las oficinas ubicadas en la ex cárcel, en el Centro. Si quería salir a comprar algo de comer no se lo permitían, si se levantaba preguntaban a dónde iba y si iba al baño la seguían. Cuando manifestaba malestares de embarazo no la ayudaban. En un punto tuvo que pedir una ambulancia ella misma para recibir atención médica.
En Navidad el castigo no se hizo más ligero. A todos les recortaron su jornada de 8 horas a 6 para poder estar con su familia, a Naty le exigieron que trabajara las 8 horas de siempre. El estrés de cada día afectó su embarazo y dio a luz a un bebé prematuro de 7 meses.
Desarrolló problemas psicológicos y en el IMSS le recetaron medicamento para dormir y, pese a sus superiores tener conocimiento de ello, la cambiaron a un turno de noche. Así fue por meses hasta el 5 de marzo de este 2024, ese día la despidieron.
Naty, madre soltera de 2 bebés y 2 niños, se quedó sin trabajo.
“Mi corazón se me derrotó por completo. Me sentí destrozada”, expresó la joven madre.
Soportó los maltratos por la necesidad. Había sacado un crédito para una casa de Infonavit que ya no puede pagar y pidió un préstamo de más de 400,000 que no sabe cómo solventará.
Estos días ha estado trabajando como empleada doméstica, pero los 400 pesos que gana no son suficientes para sostener a su familia ella sola.
La realidad de Naty la comparten otras madres solteras en México. En los trabajos se sigue considerando la maternidad como desventaja o discapacidad.
La profesora del Tec de Monterrey, la doctora Luz María Velázquez señala que la inserción y crecimiento de las mujeres en la fuerza laboral, particularmente de madres o mujeres embarazadas, ha sido lento, caracterizado por la presencia de obstáculos que todavía se presentan.
De acuerdo al INEGI hay 15 millones 785 mil, madres trabajadoras en el país, que representan 72.9% de la población femenina económicamente activa en México.
CM