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“¿Qué aprendí en la montaña?”: Comparte Roberto Canessa experiencia en accidente de Los Andes en León

Ante un foro abarrotado, Roberto Canessa, sobreviviente del accidente aéreo en Los Andes que inspiró la serie “La Sociedad de la Nieve”, compartió su experiencia en SAPICA 90

Roberto Canessa compartió su experiencia en el accidente en Los Andes de 1972
Roberto Canessa compartió su experiencia en el accidente en Los Andes de 1972Créditos: Magdalena Méndez
Escrito en GUANAJUATO el

León – “Mientras hay vida, esperanza y tal vez mañana”, era uno de los lemas que ayudó a Roberto Canessa y sus compañeros a sobrevivir 72 días atrapados en la cordillera de Los Andes tras sufrir un accidente de avión, en 1972.

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Desde el principio de su conferencia, el doctor Canessa demostró su buen humor y simpatía, bromeando con respecto a su peso.

“Mirá la panza que tengo, que vergüenza, tendría que quedarme en la cordillera dos años para ver si puedo bajar esta panza. Pensar que pesaba 50 kilos cuando salí, usaba los pantalones de mi hermana”, bromeó.

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Para comenzar a compartir su experiencia, ejemplo de resilencia y el poder de la voluntad humana, mostró un video rememorando el accidente ocurrido en 1972, donde un avión donde jugadores universitarios de rugby y sus acompañantes viajaban se estrelló en la cordillera de Los Andes.

La primera lección que compartió Roberto Canessa ante el auditorio fue incluso antes del accidente.

Compartió que al estudiar en una escuela manejada por religiosos irlandeses, consideraban que el futbol era un deporte donde los muchachos no aprenderían nada, pues se irrespetaba incluso a los árbitros. En cambio, en el rugby “el juez siempre tiene la razón”.

Al cuestionar que no era justo si éste se equivocaba, compartió que los hermanos les respondían: “¿Quién le dijo a usted que la vida es justa? Primera lección”.

Y así lo aprendieron de la manera más cruda Roberto y sus compañeros, quienes decidieron viajar a Chile en un avión de la Fuerza Aérea, ya que habían trabado amistad con jugadores de dicho país.

Desafortunadamente, mientras sobrevolaban la cordillera de Los Andes, sufrieron un impacto contra la montaña. Fue ahí donde comenzó la experiencia que cambiaría sus vidas para siempre.

Compartió que su primera sorpresa fue al salir de los restos del avión, pues en su mente de 19 años, había esperado que estarían rodeados de ambulancias y autoridades para auxiliarlos.

“Cuando piso la nieve y miró alrededor, la desolación más grande de mi vida. No había ambulancias, no había ayuda, no había nada. Estábamos en el medio de la cordillera de Los Andes. Una desolación brutal, es la indiferencia de la montaña gigantesca”, recordó.

También recordó que la primera noche, fue una de las más difíciles.

“Yo creo que si el infierno del Dante existe, fue esa noche”, compartió, rememorando los quejidos de los heridos, las discusiones entre sobrevivientes y, por supuesto, el estar rodeados de los cuerpos de sus compañeros fallecidos.

Conforme pasaron los días, tuvieron que demostrar la fuerza de la voluntad humana, aferrándose a la vida por sus seres queridos y haciendo lo que tuvieran que hacer para sobrevivir, incluso si eso era alimentarse de la carne de los fallecidos.

Gracias a sus conocimientos en medicina, Roberto sugirió esta idea, ya que la proteína de la carne les resultaría indispensable para sobrevivir.

“Yo tengo gran orgullo a mis amigos que ya no están, porque gracias a ellos pude salir yo y estar aquí en este momento”, rememoró.

“Mientras hay vida, esperanza y tal vez mañana”

Roberto Canessa compartió que acabaron por habituarse a esta situación, y que no fue lo peor que les ocurrió.

Cuando se dieron cuenta que no serían rescatados, fue entonces cuando decidieron que ellos mismos deberían buscar la ayuda.

“Mientras hay vida, esperanza y tal vez mañana”, era uno de los lemas que se repetían, en referencia a que si sobrevivían un día más, quizás al día siguiente los rescatarían.

“Mientras estemos vivos, capaz mañana nos sacan de acá”.

Así como ellos se aferraron la vida, así invitó a la audiencia a aferrarse a sus metas y sus sueños, a no dejar que los problemas de fuera los desviarán de sus ilusiones.

“Los helicópteros no van a llegar por ustedes, ustedes tienen que salir a buscar esos helicópteros”, platicó como consejo a los asistentes.

Enfatizó que lo que realmente aprendió de haber vivido “la peor situación que puede tener un ser humano” fue a valorar las cosas realmente importantes, empezando por el simple hecho de tener vida, así como las cosas sencillas y el tener un lugar donde vivir, junto a tus seres queridos.

MM