León, Guanajuato.- Este Día de Muertos, la Universidad Iberoamericana León rindió homenaje al padre Jorge Vértiz Campero, figura clave en la historia de la educación en León y en la preservación de la tradición jesuita en la región. Con un altar en su honor, la Ibero León celebra su legado y su influencia en la formación de generaciones enteras de jóvenes leoneses.
Nacido el 30 de julio de 1922 en la Ciudad de México, Jorge Vértiz Campero fue hijo del arquitecto Salvador Vértiz Hornedo e Isabel Campero. Realizó su educación primaria en el Instituto Franco Inglés y, en 1940, a los 17 años, ingresó a la Compañía de Jesús en El Paso, Texas, donde inició su noviciado y, en 1942, recibió sus primeros votos. Se ordenó sacerdote el 30 de julio de 1955 en San Cugat del Vallés, Cataluña, y en 1958 renovó sus votos en México. En 1960 llegó a León con el desafiante encargo de cerrar o traspasar el Instituto Lux, sin imaginar que acabaría siendo el principal defensor de la institución, asegurando su permanencia y contribuyendo a su desarrollo.
Durante su tiempo en León, Vértiz se desempeñó como rector del Instituto Lux de 1960 a 1968, período en el cual consolidó su visión de una educación humanista y de alto impacto social. No solo reforzó la estructura educativa de Lux, sino que además impulsó importantes proyectos como el Centro Cultural de León A.C., la Normal Superior y el Instituto Jassá. En 1956, fundó lo que más tarde sería la Federación de Escuelas Particulares de León, impulsando la formación de instituciones educativas en la región.
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Para los leoneses, Jorge Vértiz es más que una figura educativa; su legado tangible está representado en los edificios del antiguo Lux y de la Universidad Iberoamericana León. Por su contribución, la ciudad bautizó un bulevar con su nombre, como símbolo de su impacto duradero.
En una presentación biográfica, "Jorge Vértiz Campero S.J. Una vida al servicio de la educación en León, Gto.", familiares, exalumnos, académicos y amigos se reunieron en el Auditorio Francisco Xavier de la Ibero León para recordar y celebrar su legado. La autora del libro, Valentina Torres Septién, citó las palabras del padre Vértiz: “El recuerdo no debe quedar en la nostalgia de los tiempos pasados, debe ser fuente de reflexión fecunda… de alimento para ser mejores.”
Carlos Flores Montufar, uno de sus discípulos, recordó tres cualidades de “Don Jorge”: su bondad, que construía solidaridad; su generosidad, que inspiraba a dar; y su sapiencia, que sabía dónde sembrar para un crecimiento óptimo. Para él, la pedagogía de Vértiz inspiraba una disposición creativa en la enseñanza, recordando que "no hay práctica educativa si no hay identificación pedagógica".
El rector de la Ibero León, Luis Alfonso González Valencia S.J., resaltó que el padre Vértiz personificaba el Magis Ignaciano, el impulso de siempre dar lo mejor en beneficio de los demás. En su legado, los jesuitas ven un ejemplo de lo que significa servir a la comunidad, y León recuerda a Jorge Vértiz como un hombre que tuvo el don de hacer que las cosas sucedieran, dejando una marca imborrable en la educación y en el espíritu de la ciudad.
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