León, Guanajuato.- El asesino se hospedó en la habitación 6. Es un cuarto pequeño, de 4 por 5, con una cama grande, un tocador y un espejo, en el Motel Luna Park.
Es un cuarto de ocasión para enamorados. Una habitación para parejas fugaces o furtivas. Amor de 4 horas por 330 pesos. Pero el asesino llegó solo.
Llegó caminando. Solo por la avenida Paseo de los Insurgentes. Pidió una habitación y entró muy misterioso. Le asignaron la habitación 6. Es un cuarto de pared blanca. La promoción dice que tiene aire acondicionado, calefacción, secadora de cabello y Wifi gratis. Hay pantalla de 50 pulgadas, TV cable y agua caliente. Afuera hay un extintor contra incendios. Y arriba de la puerta está el número 06, en aluminio.
Este hotel es muy popular en León. Tiene un patio común. No hay cocheras, ni cortinas. Los clientes deben dejar el coche estacionado y bajarse del auto, a la vista de todos, para entrar a la habitación. Por lo mismo es común que las recamareras identifiquen perfectamente a los clientes frecuentes.
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El asesino era un viejo conocido. Lo tenían bien ubicado. Con cierta frecuencia Miguel acudía a ese motel con mujeres distintas. Solía llevar prostitutas. Y varias veces tuvo problemas porque las golpeaba. Las mujeres se quejaban de que les pegaba.
Esa noche, el asesino no llevó pareja, y estuvo consumiendo cristal, la droga sintética de mayor consumo en Guanajuato. Las recamareras escuchaban algún ruido, pero nada extraordinario.
Miguel vivía cerca de ahí. En la colonia Moderna, varias cuadras hacia abajo, por avenida Lago de Zumpango, pasando por avenida México, antes de llegar al bulevar Adolfo López Mateos. Así que le quedaba relativamente cerca de su casa.
Era un hombre solitario. No tenía una pareja estable en el motel. Y sólo se aparecía para tomar y consumir drogas, con las mujeres contratadas.
Esa noche llegó alterado, cuentan las recamareras. Ahí se quedó durante horas, drogándose. Al amanecer dejó el hotel y se fue caminando por el bulevar Miguel de Cervantes Saavedra. Se metió por la calle Lago de Zumpango y estuvo merodeando un rato por la calle, a un lado del Miura, como esperando a alguien.
Hasta que llegó Milagros caminando sola por la calle, antes de las 7 de la mañana. Milagros trabajaba en el WalMart (donde antes era Superama) en la glorieta de Insurgentes y Avenida Universidad. Ella se iba caminando hasta el trabajo. Hacía unos 15 minutos desde su casa, en Lago de Zumpango, hasta el Waltmart, frente a la Honda. Esa mañana Milagros iba tranquila para llegar a tiempo al trabajo.
Pero el asesino se cruzó en su camino. Ella estaba empezando el día y él estaba terminando la noche. Miguel la atacó y le quitó la vida de 5 puñaladas.
Una cámara de video grabó la escena. El reloj de la cámara dejó testimonio de la hora exacta en que se encontraron: A las 6:34 de la mañana, la hora precisa en que el asesino del motel acabó con la vida de Milagros de Monserrat. Su verdadero y lindo nombre era Milagros de Monserrat.
KD