León.- Ni las intermitentes puso. Se orilló a medias, detuvo el auto, desabordó y se fue corriendo. “¡Me vienen siguiendo!”, gritó antes de internarse entre la oscuridad del despoblado atrás del Hospital Pediátrico. El vehículo era un Porsche, cosa que llamó más la atención de quienes momentos antes lo habían visto circular a alta velocidad por el Eje Metropolitano, sentido oriente-poniente.
Fue de forma intempestiva que, cerca de la medianoche, el conductor se desorientó, se sintió desesperado y le dio por correr despavorido.
La trayectoria del Porsche Cayman 2015 terminó apenas pasando el cruce del bulevar Delta, donde el Eje Metropolitano se convierte en Juan Alonso de Torres, en la zona del Potrero.
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Hubo pocas personas que lo vieron, pues por la hora la zona no estaba muy concurrida. Son prácticamente los límites de la ciudad, donde termina el Delta y empieza Villas de San Nicolás, lo último de lo último en zona urbana; luego sigue el cerro y la presa El Potrero, un bello paraje natural, oasis desconocido por la mayoría de los leoneses. Para allá corrió el conductor.
Lo vieron algún automovilista particular, otros choferes de Uber y taxistas, estos últimos que esperaban clientes en el Pediátrico, y gente que iba a la farmacia Guadalajara de enfrente.
Ahí quedó el auto negro, con las luces encendidas y en pleno bulevar, mientras su dueño corría. “Ganó para allá, para el monte”, dijo un testigo a los agentes viales que llegaron poco después, igual de extrañados que quienes habían visto toda la escena.
Revisaron el vehículo sin encontrar nada sospechoso, pidieron informes de la unidad mediante sus placas del estado de Morelos y tampoco tenía pendientes; ningún reporte de robo, todo al corriente y ni siquiera una infracción.
Del automovilista no se supo, y su auto fue transportado en plataforma a una pensión municipal en espera de que vaya a recuperarlo y, quizás, explique la causa de esa intempestiva huida.
cv