Venide Bernal, es una madre migrante originaria de Haití que, junto a su bebé Mateo y cientos más, más salió de su país huyendo de la pobreza. Pensaron que en México iban a recibir el refugio que buscaban, pero el Instituto Nacional de Migración los abandonó, separó y dejó repartidos en distintas partes de la República. Ahora esperan atención del Instituto en León.
Venide, junto a varios de sus compañeros migrantes, llegó desde el 26 de abril a un albergue en Tlahuac, Estado de México, pero sin aviso, a todos los sacaron, subieron a camiones y dejaron en las oficinas de migración localizados en distintos estados. A ella y a 100 más los abandonaron en Guanajuato desde ayer.
Hoy por la mañana amanecieron a las afueras del Instituto Nacional de Migración ubicado en la plaza San Martín, esperando ser atendidos. Aunque tienen forma de visitantes por razones humanitarias (pues vinieron a México pidiendo asilo tras ser obligados a huir de las condiciones de pobreza y violencia en sus países) llevan horas esperando a ser atendidos.
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Las oficinas cierran a las 3:00, pero las largas filas les arrebatan la esperanza de poder realizar sus trámites a tiempo y continuar con su camino.
“Nos dicen que debemos esperar 45 dïas por el papel (asilo humanitario). Dónde nos vamos a quedar, en dónde vamos a vivir. No tenemos dinero para esperar el papel. El Gobierno no quiere resolver”, dijo con frustración Venide Bernal.
La madre haitiana, relató a La Silla Rota la amargura que viven ella y los más de 100 tras haber dejado su hogar y ahora enfrentarse a la ineficiencia de las instituciones mexicanas.
“En Haití no hay trabajo. El Gobierno no nos quiere dar el papel. Ellos venían en el camión y no nos dan el papel. El policía nos dijo que nos mandarían a León para entregarnos la tarjeta, pero llegamos ayer a las 4 de la tarde y no nos dan el papel”, comentó con angustia la madre de Mateo.
Este sentimiento no es solo de Venedi, más migrantes cansados, hambrientos y con la esperanza firme de poder encontrar una vida mejor que la que vivían en sus países comparten las emociones de la madre haitiana.
Frandy Bernadin dio a conocer que en ese albergue en el que estaban en el Estado de México salieron 33 camiones repletos de migrantes y los abandonaron a su suerte.
“Es un abuso para nosotros. En el campamento había 33 camiones de migrantes. Y nos mandaron a lugares diferentes sin tarjetas”, comento.