León.- Mario, un vecino de la calle Limbo en la colonia Obregón, fue asesinado por una pareja a la que había dado hospedaje y comida. Su buena acción al abrirles su puerta le fue pagada con martillazos que le abrieron la cabeza y acabaron con su vida.
De todo esto dieron testimonio vecinos de la zona colindante con el Barrio Arriba. Habían visto que Mario, de 50 años, les había facilitado un cuarto, por razón presuntamente humanitaria, a un hombre y una mujer que estaban en situación de calle, condición que le conmovió y decidió albergarlos.
A los vecinos les parecía extraño, pero no tenían por qué intervenir en la decisión del hombre convertido en anfitrión y benefactor. También los familiares de Mario veían algo raro: una mujer y un hombre desaseados y con aspecto sospechoso, este último con dificultades para caminar y que se movía sujetándose de una andadera y cuya ocupación no se conocía.
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“Son drogadictos”, le advertían sus familiares, siempre extrañados de ver que esa gente pernoctara en la casa de Mario, en la esquina de Limbo y Nogal. Nadie comprendía por qué los tenía viviendo ahí, y menos aún luego de que los vecinos se dieron cuenta de que entre ellos había conflictos que pasaban de los gritos a los golpes, pero nunca tanta violencia como la ocurrida la tarde del domingo.
Esta vez de los gritos e insultos pasaron a los puños. La aparente desventaja del huésped semi discapacitado fue compensada con el apoyo de la mujer con apariencia de drogadicta, y con un martillo que el inquilino blandía para amenazar a su benefactor.
Por sorpresa, la mujer jaló a Mario y el hombre aprovechó para sorrajarle un martillazo en la cabeza. Le pegó en la sien izquierda y lo hizo trastabillar; el sujeto volvió a dar un martillazo y varios más, siempre en el cráneo de la víctima, hasta que la sangre comenzó a escurrir en el piso de la cochera.
Los vecinos se dieron cuenta de inmediato, pues Mario había alcanzado a gritar luego del primer martillazo, pero no tuvieron tiempo de ir a defenderlo, pues cuando llegaron ya estaba muerto. Vieron a la pareja alejarse caminando y avisaron al 911.
Dijeron a los policías que los culpables habían sido una mujer de chaleco azul y pantalón de mezclilla, con una gorra azul, y un hombre que iba apoyándose en una andadera. Con las características de los sospechosos, principalmente de este último, el par fue localizado a unas cuantas cuadras, sobre la calle Ignacio Allende en el Barrio Arriba. Fueron presentados ante el Ministerio Público, como presuntos homicidas.
Mientras tanto, la víctima fue reconocida por sus familiares, quienes declararon ante los agentes de la Fiscalía que tenían un mal presentimiento sobre las personas a las que Mario había dado pan y techo, y que finalmente lo asesinaron.
cv