León.- Los pocos vecinos que llegaron a la Arbide hace más de 30 años aún lo recuerdan. Recuerdan cómo la colonia en la que formaron una familia llena de vecinos amigables y acogedores se convirtió en una zona casi totalmente comercial. Todo comenzó con la llegada de los bancos.
Tacos, boutiques, spa’s, heladerías, restaurantes y más son las referencias de la Arbide hoy día. Sí la gente acude a la colonia que hace décadas era una zona residencial es para pasear.
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Autos de extraños estacionados en sus cocheras, gente desconocida circulando por las calles es lo que hoy ven los vecinos que la comercialización de la Arbide ha traído a sus vidas. Esa ocasión en los 90, cuando quitaron una casa para poner un banco, no se imaginaron que transformaría su hogar. Hoy hay 7 bancos en una cuadra. Entre Veracruz y Chiapas.
Así se convirtió la Arbide en una zona bancaria
Por años, sobre todo durante los 80 y 90, la colonia Arbide era reconocida por ser el hogar de leoneses distinguidos. Era una zona donde la gente con más poder adquisitivo de León se estableció para construir su patrimonio.
Las casas, de más de 500 metros cuadrados eran habitadas, por familias que con su apellido hacían de la Arbide una colonia más exclusiva que muchas otras de León en esa época.
Los Llaguno, propietarios de redes bravas; y los Portugal, de la cual era padre de familia un famoso Juez de plaza son de las familias más recordadas por los vecinos no solo por la cómoda vida que construyeron para sí mismos, sino también porque con su partida llegó la transformación de la Arbide.
Fue a mediados de los 90 y principios del año 2000 cuando, familias como ellos, decidieron abandonar la colonia y poner su casa a la venta. Por el tamaño, los compradores más entusiastas fueron los bancos.
Una de las primeras fue la casa de Los Portugal, hoy es un HSBC. Donde hoy es un Banorte antes fue la residencia de un concesionario de la Pepsi. Los más visionarios descubrieron que dejarle su casa a un banco al irse era más rentable que venderla a una persona. Al final hoy son pocas las personas que deciden mudarse alguna de estas casas rodeadas de tráfico y comercios.
Todavía llegan vecinos, pero ahora a departamentos que están construyendo. La moda ahora es la vivienda vertical. Demuelen las enormes y, algunas, lujosas casas de la Arbide para en su lugar poner torres.
Hay vecinos que han vivido toda su vida ahí. Que piensan en la Arbide como su hogar y se resisten a irse. Son los que conservan el estatus de zona residencial en una que ahora está llena de bancos. Quienes ya se fueron lo hicieron por la edad, el tiempo y la vida. Fallecieron donde fue su hogar y así lo recordarán.