León.- Como lo manda la tradición: Evangelio, rosario, letanías, llevar a los peregrinos a pedir posada y finalmente, coronar la fecha con el reparto de los “aguinaldos” con frutas, dulces y galletas, tomar ponche y quebrar una piñata.
Aunque pareciera una costumbre ya extinta en León, la realidad es que todavía en barrios y colonias se mantiene vivo el desarrollo original de las posadas. Ya se preparan para la primera de la serie, que inicia este jueves 16 de diciembre.
La señora Mari, de la colonia Las Arboledas, es de las personas que gustan de que las posadas se hagan “como antes, como debe ser”. Desde este jueves por la mañana fue a la Central de Abastos para surtirse de lo necesario: cañas, cacahuates, tecojotes, naranjas, colaciones y las infaltables mandarinas, además de bolsas de plástico para las dotaciones individuales, conocidas como “aguinaldos”. Hace 50 para cada una de las 9 posadas que organiza en su casa, en la calle Araucaria. Los invitados son solamente vecinos, aunque ya está preparada porque suelen acudir niños de otras calles quienes por una hora guardan buen comportamiento, rezan y al final se llevan su bolsa y un vaso de ponche. No hace piñata, para evitar pleitos y machucones durante la rebatiña.
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Otra posada tradicional es la de la calle Prado, que es contigua a la Calzada de los Héroes, donde también son bienvenidas personas que no sean del vecindario. Ahí la costumbre tiene más de cuatro décadas y se ha mantenido de manera ininterrumpida, con excepción del año 2020, en que se suspedió a causa de la pandemia por covid-19.
En algunos lugares de la diócesis se adelantan: por ejemplo, en la Sierra de Santa Rosa, entre Guanajuato y Dolores, comienzan el 15 de diciembre. La primera tocó a las familias Sánchez; la del viernes, a los Jaramillo; el sábado a los Gaytán...
Parroquias organizan
Distintas parroquias de la diócesis de León tienen ya su programa.
Estos festejos deben comenzar desde nueve días antes de la Navidad; es decir, desde el 16 de diciembre hasta la Nochebuena. Cada una de las nueve fechas simboliza un valor, como la humildad, desapego, fortaleza, caridad, confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad.
Son virtudes que se atribuyen a José y María en su peregrinar buscando donde pernoctar.
La liturgia forma parte de las posadas. Así, se comienza este viernes con el Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículos 26 al 38, que es el anuncio de la venida de Jesús, por parte del arcángel Gabriel a María.
Muy arraigada está la costumbre de las posadas en el barrio del Coecillo. La parroquia San Francisco de Asís es la organizadora de estas celebraciones que se relizan en grande.
A las 7 de la noche de este viernes 16, le toca abrir a la calle Fray Daniel Mireles, entre las calles Bosque y Sánchez, en el mero corazón del Coecillo. Bien vale la pena el cierre de calles.
Mañana será en la Fray Daniel, entre San Cayetano y Ramos, aunque el cruce con la calle Herreros no se verá afectado. La tercera, el domingo, será en la calle San Cayetano.
Otro barrio “bravo” donde el ambiente se suaviza con las posadas decembrinas es Piletas, en torno a su parroquia San Juan Bautista de La Salle.
Estas posadas recorren las calles icónicas de la zona, con invitación abierta a vecinos y no vecinos.
Comienzan este viernes en el domicilio de Tarraza 1821; el sábado en Barcelona esquina Martinica; el domingo en Cádiz esquina Málaga.
En todas estas celebraciones se sigue el orden de leer el Evangelio, rezar el rosario, el canto de la letanía en procesión con los peregrinos, y se termina con la convivencia.
CV