Irapuato.- Los jóvenes se han convertido en uno de los sectores más vulnerables frente al avance del crimen organizado en la región.
Así lo afirmó Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato. Advirtió que el reclutamiento forzoso persiste en varias comunidades, por lo que muchos deben modificar sus rutinas y hábitos para reducir riesgos.
Lamentó que actividades cotidianas como reunirse con amigos, salir por las tardes o asistir a encuentros recreativos ya no puedan desarrollarse con normalidad, pues la inseguridad ha alcanzado un nivel en el que los grupos criminales buscan atraer a menores de edad y jóvenes mediante engaños o amenazas.
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Un problema nacional
Guanajuato es uno de los estados más peligrosos actualmente debido a la fuerte presencia de varios cárteles, pero no el único. Organizaciones civiles han documentado que miles de adolescentes en todo el país son reclutados cada año para participar en actividades ilícitas, aprovechando la falta de oportunidades educativas y laborales. Plataformas digitales, anuncios de trabajo falsos y promesas de ingresos fáciles son algunos de los métodos utilizados por los cárteles para engancharlos.
Especialistas advierten que la pobreza, la deserción escolar y la violencia intrafamiliar incrementan la vulnerabilidad de la juventud, mientras que el marco legal actual dificulta contabilizar de manera precisa a las víctimas de este fenómeno.
Llamado a la acción
El obispo Díaz pidió a las familias y a las instituciones fortalecer la protección de los jóvenes, con más espacios seguros, programas de acompañamiento y alternativas reales de desarrollo. También hizo un llamado a las autoridades para implementar políticas públicas que frenen el reclutamiento criminal y devuelvan a la juventud la posibilidad de vivir con tranquilidad.
“La sociedad no puede acostumbrarse a ver cómo nuestros muchachos son utilizados por la delincuencia; debemos reaccionar con unidad y decisión”, expresó.
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FN