Michoacán-. El niño Alejandro cayó desde el puente Barra de Santa Ana hacia la superficie del agua en donde sobrenadaban decenas de cocodrilos acostumbrados a que les lancen de comer desde arriba. Según los habitantes de Lázaro Cárdenas: los pescadores suelen arrojar pescados como atractivo para los turistas.
La Barra de Santa Ana es un bulevar costero que conecta dos Playas: Playa Jardín (o Playa Eréndira) hacia Playa Azul, es un acceso de tramo carretero en el que los visitantes hacen parada para observar a los reptiles prehistóricos que emergen desde las profundidades para tomar el sol.
Andrés Alejandro Santana Hernández de 14 años, de acuerdo a diferentes versiones del hecho, resbaló de la barandilla de concreto del puente (otra versión es que intentó brincar de un puente a otro pensando que abajo estaba plano) y cayó al agua cuando un cocodrilo lo atrapó y lo sumergió en las profundidades del río.
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El territorio es el hogar del cocodrilo de río (Crocodylus acutus) una de las tres especies de cocodrilos que se distribuyen en México. Es una especie protegida por la federación. Los cocodrilos son un atractivo turístico para miles de visitantes que arriban desde otras partes del país.
El puente vehicular cruza un enorme caudal que desemboca en la orilla de la playa. Se encuentra en medio de un hábitat natural, en una zona protegida para la fauna silvestre, y en un entorno salvaje repleto de manglares que se pierden en el horizonte.
En el lugar se puede observar un letrero publicitario con un cocodrilo con la mandíbula abierta y dice: “Parque urbano El Manglito. Sino cuidamos el medio ambiente, no tendremos un lugar donde vivir”.
“Los hemos tenido acostumbrados a estar debajo del puente, los pescadores suelen alimentarlos”. Expresó el bloguero “El Curioso Blog” un medio de difusión turístico de Lázaro Cárdenas en Michoacán.