Irapuato, Guanajuato – La trágica noche del 24 de junio en la colonia Barrio Nuevo en el municipio de Irapuato, una celebración patronal fue escenario de una masacre que cobró la vida de 12 personas. En medio del caos surgió el acto más desgarrador: Carmen Garibaldi cayó muerta al proteger a su bebé de apenas un año, recibiendo ella el impacto mortal para salvar a su pequeño.
Carmen Garibaldi era una joven madre que murió mientras protegía a su hijo, quien fue alcanzado por una bala que le destruyó un ojo. La mujee cubrió al pequeño con su cuerpo en un intento desesperado por salvarlo. Su acción permitió que el niño sobreviviera, aunque permanece internado en estado delicado.
De acuerdo con Periódico AM, Carmen Garibaldi vivía en la zona y había salido con su hijo a compartir la fiesta. Al momento del ataque, se encontraba cerca de la entrada de su casa. Testigos señalan que, al escuchar los disparos, tomó al niño y trató de resguardarlo. La ráfaga la alcanzó directamente. El pequeño resultó gravemente herido en el rostro y fue trasladado al Hospital General de Irapuato, donde médicos confirmaron la pérdida de un ojo.
¿Qué ocurrió?
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Los hechos sucedieron alrededor de las 23:20 horas, cuando un comando armado abrió fuego contra los asistentes de una celebración organizada por vecinos. En el lugar se encontraban familias completas, niños y adultos mayores. Las ráfagas duraron varios minutos y causaron pánico en la zona. Algunos cuerpos quedaron tendidos en la vía pública y otros fueron hallados dentro de viviendas cercanas.
Según información preliminar de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, los agresores huyeron tras el ataque. Hasta el momento, no hay detenidos.
Tras los hechos, la gobernadora del estado, Libia García, condenó públicamente la violencia y anunció el despliegue de operativos en la zona con participación del Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal. También se habilitó el Centro de Atención Integral a Víctimas para brindar apoyo psicológico y legal a los familiares afectados.
El pequeño Teodoro, ahora huérfano, continúa hospitalizado. Mientras tanto, familiares, vecinos y organizaciones civiles exigen justicia y resultados de las investigaciones correspondientes al caso.
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