León-. Las marcas son el recuerdo de la tragedia: son la señal de hasta dónde llegó el agua en la inundación del 18 de junio 1888 y de lo que son capaces de hacer las fuerzas de la naturaleza. Todavía son visibles y se encuentran en diferentes edificios históricos del centro de León.
Un joven se encuentra recargado sobre uno de los muros del antiguo edificio Madrazo en el centro de León, por encima de su cabeza yace una marca con una forma geométrica rectangular. La divide una línea azul. El agua llegó a superar los 2 metros de altura aproximadamente.
Si el joven viajara 137 años en el pasado hacia la mañana del 18 de junio de 1888: estaría luchando por su vida debajo del agua y ante el temor de ser arrastrado por poderosa corriente hacia el caudal del Río de León.
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En un día como hoy el agua se desbordó del Malecón del Río. Las marcas físicas se encuentran en la Catedral Basílica Metropolitana de León, en el edificio Madrazo, en el Teatro Manuel Doblado, y en el Ayuntamiento de León.
El 18 de junio de 1888 llovió durante todo el día, alrededor de las seis de la tarde la tromba sobrevino con fuerza sobre los cerros que formaban la colina de la Hacienda de Ibarrilla A las once el río se inundó por completo debido a la basura que se acumuló a la altura del Barrio del Coecillo y fue en este punto en que el agua arrasó con el caserío de adobe. Fue una de las mayores tragedias en la historia de León.
De acuerdo a relatos históricos la corriente azotó con fuerza el Barrio del Coecillo por su cercanía con el río. Ese día hubo cientos de víctimas mortales y de desaparecidos, leoneses que se llevó el curso del río.
