León.- Hoy hace 137 años, una tormenta torrencial marcó a la ciudad para siempre. Los cerros se desgajaron. Los arroyos se desbordaron. El agua arrasó con todo a su paso.
La madrugada del 18 de junio de 1888, luego de 12 días de lluvias contínuas, el agua transformó muchas calles en ríos de hasta dos a tres metros de profundidad. Barrios como El Coecillo, San Juan de Dios y la calle Madero fueron arrasados. Las corrientes se llevaron animales, muebles y muchas vidas humanas.
El saldo de la inundación en León, que entonces tenía cerca de 100 mil habitantes, fue de más de 2 mil casas, alrededor de 242 muertos, 1 mil 400 desaparecidos y 5 mil familias afectadas, según datos del Archivo Histórico de León. Las pérdidas materiales se estimaron en el equivalente a más de 2 millones 150 mil pesos de la época, incluida la industria, el comercio, la agricultura y la infraestructura urbana.
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El país entero se solidarizó, como pasa siempre que los desastres naturales azotan a algún estado o municipio, y León recibió apoyo nacional. Desde donaciones hasta trabajos para levantar nuevamente la ciudad y buscar a los desaparecidos.
Bajo la mirada del presidente Porfirio Díaz y con la participación estatal y municipal, se levantó un imponente muro de contención (el del río de los Gómez), así como el puente de tres arcos conocido como Puente Barón, inaugurado en 1889.
Aquel episodio primero devastó a León, pero luego lo transformó. La inundación dejó en claro que el municipio tenía una infraestructura frágil, y a partir de ello se planteó una mejor planeación urbana.
Hoy, las marcas de esa noche en edificios y fachadas recuerdan a los leoneses que siguen teniendo esa misma fuerza que levantó al municipio de los cimientos en 1888.
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FN
