León-. Es una casita de adobe, parece como si alguien de pronto la hubiera dejado deshabitada desde hace más de un siglo, como si desde momento no hubiera pasado el tiempo, pero allí está, y ahora es una tienda y una casa habitada en al antiguo Barrio de San Miguel.
Gilberto Antonio Frausto Ríos tiene 37 años de vivir allí y de recordar que cuando era niño juagaba en el corral con las gallinas, embarrarse las manos con la tierra. Décadas después ahora se ocupa de la tienda de abarrotes.
Al entrar la tienda, todo por dentro es antiguo, aunque desgastado por el tiempo, todavía: se observa vigas de madera, como solían construirse las casas en los barrios más populares. Y la casa de adobe evoca a la nostalgia de los sanmiguelenses.
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La casa de adobe es llamativa, rompe con las calles pavimentadas de asfalto, con la arquitectura de otras casas. La de Centenario y Río Lerma es una imagen viva de cómo eran las casas de antes en León.
“La gente dice que más de cien, porque ha llegado gente ya mayor que se acuerda cuando eran niños, como eran tienda ahí en la esquina, entonces venía aquí y ya estaba la construcción” Dijo Gilberto detrás de una vitrina de pan dulce.
Conserva su fachada antigua en la que apenas y se alcanza a preciar la división de los bloques de adobe que se han desecho por la humedad de la lluvia, pero está todavía allí de pie y Gilberto, uno de sus habitantes, calcula que tiene: “Unos 120 0 130 años, más o menos. Trae mucha nostalgia de antes, hasta la gente que entra, vuelven otra vez como a su niñez”.
Cuentan En San Miguel que allí hay fantasmas: “Dicen, pero aquí nunca me han asustado”, dijo Gilberto.
