Guanajuato-. Diego Rivera el gran muralista mexicano nació en Guanajuato en el seno de una familia tradicional, de un padre maestro exmilitar juarista, fue un día 8 de diciembre del mes de diciembre del año 1886, el pintor vivió su niñez en la ciudad, empezó rallando los muros de su casa, un día, después de mucho tiempo, ya siendo una gran artista volvió a la calle Pósitos para recordar tiempos que no volverán.
Existe una fotografía en blanco y negro: Diego Rivera pasea tomado de la mano con Teresa Castillo, detrás está su casa (que hoy es un museo) en ese entonces Guanajuato era otro, era el año de 1954; imagen que enmarca el momento en el que el pintor guanajuatense regresó para saber en qué lugar había crecido, en donde vivó una infancia de lápices y rayaduras por doquier, en donde mostró por primera vez su genialidad.
Relató José Eduardo Vidaurri Aréchiga, Cronista municipal de Guanajuato que la noche en nació Diego Rivera: “Cayó una estruendosa tormenta en Guanajuato que estaba acompañada de fuertes vientos que azotaban puertas y ventanas que solo se calmó cuando nació su hermanito gemelo”.
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El representante del muralismo mexicano compartió Vidaurri Aréchiga tenía un nombre largo y así fue bautizado: Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez
El Cronista Municipal de Guanajuato contó a La Silla Rota que el pequeño Diego ya era un niño demasiado prolífico en el que sus padres le adaptaron una habitación con tela negra solo para él: “Cuentan también que el pequeño Diego descubrió los colores y comenzó a dibujar mucho antes de aprender a hablar y a caminar. Su pasión entonces era apoderarse de un lápiz y rayar o quizá dibujar en cuanto papel se encontrara, una hoja suelta, una carta. Un recibo o cualquier supercie de papel”.
Diego Rivera era un niño apasionado por el dibujo, un niño de tizas, creyones y lápices de colores, en Guanajuato se inspiró también las causas que defendió su padre los campesinos y los mineros guanajuatenses.