Guanajuato.- El Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) ha consolidado su presencia en diversas regiones de Guanajuato, convirtiéndose en un actor clave en la dinámica delictiva del estado. Su influencia se extiende principalmente en la zona Laja-Bajío, abarcando municipios como Celaya, Salamanca, Irapuato, Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Salvatierra, Juventino Rosas, Villagrán, Santiago Maravatío, Comonfort y Acámbaro.
Fundado en 2014, el CSRL surgió en la comunidad de Santa Rosa de Lima, en el municipio de Villagrán. Inicialmente, su actividad principal fue el robo de combustible, conocido como "huachicol", aprovechando la red de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que atraviesa la región. Con el tiempo, diversificó sus operaciones hacia la extorsión, el secuestro y el narcotráfico, consolidando su control en áreas estratégicas.
Te podría interesar
La ubicación geográfica de Guanajuato, con importantes corredores industriales y rutas de transporte, ha sido un factor determinante para el CSRL. Municipios como Celaya y Salamanca, con infraestructura clave como la refinería de Pemex, se convirtieron en objetivos prioritarios para el cártel. La presencia del CSRL en estas zonas ha generado un aumento en los índices de violencia y criminalidad, afectando la vida cotidiana de sus habitantes.
La rivalidad con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha intensificado la violencia en la región. Ambos grupos disputan el control territorial y de actividades ilícitas, lo que ha derivado en enfrentamientos armados y un clima de inseguridad. Esta lucha ha tenido repercusiones directas en la población, incluyendo desplazamientos forzados y afectaciones económicas.
A pesar de la detención de su líder, José Antonio Yépez Ortiz, alias "El Marro", en agosto de 2020, el CSRL ha demostrado resiliencia. La organización ha mantenido su estructura operativa y continúa ejerciendo influencia en sus zonas de control. La captura de "El Marro" no significó el desmantelamiento del cártel, evidenciando la complejidad de las redes criminales en la región.
La respuesta de las autoridades ha incluido operativos conjuntos entre fuerzas federales y estatales, con el objetivo de debilitar la estructura del CSRL y reducir su influencia. Sin embargo, la persistencia de actividades delictivas y la adaptación del cártel a las acciones gubernamentales reflejan los desafíos en la lucha contra el crimen organizado en Guanajuato.
El Cártel de Santa Rosa de Lima ha establecido un control significativo en diversas zonas de Guanajuato, especialmente en la región Laja-Bajío. Su influencia se manifiesta en actividades ilícitas que afectan la seguridad y economía locales. La rivalidad con el CJNG y la respuesta de las autoridades configuran un panorama complejo que requiere estrategias integrales para restaurar la paz y el desarrollo en la región.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO