León.- Luego de llamar a levantarse en armas contra los españoles, Miguel Hidalgo y Costilla salió del pueblo de Dolores dirigiéndose hacia Guanajuato, acompañado de Ignacio Allende y Juan Aldama, además de alrededor de 600 personas y se detuvieron en la Hacienda de La Erre que se convirtió en uno de los sitios históricos de la Ruta de la Independencia y que actualmente el tiempo la va consumiendo en el abandono.
Miguel Hidalgo y el contingente que lo acompañaba se dirigían hacia la comunidad de Atotonilco a unos kilómetros de San Miguel de Allende y se detuvo en la Hacienda de La Erre, una comunidad rural, que pertenece a Dolores Hidalgo, a unos 2 kilómetros de la Presa Peñuelitas, en el camino que va hacia la comunidad rural del Xoconoxtle.
En la fachada de la hacienda está una placa que habla del hecho que sucedió en Dolores:
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“El 16 de septiembre de 1810 llegó a medio día el Sr. Cura Miguel Hidalgo y Costilla a esta Hacienda de la Erre y comió en la sala de la finca. Terminada la comida y después de haber formado el primer estado mayor del Ejército Insurgente, dio la orden de marchar rumbo a Atotonilco, y al hacerlo dijo: ‘Adelante, señores, vámonos; ya se le ha puesto el cascabel al gato, falta ver quiénes son los que sobramos”.
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Luego de dejar lo que fue el primer cuartel del ejército insurgente, Hidalgo y su contingente salieron de La Erre hacia Atotonilco.
Hacienda de La Erre, abandonada al tiempo
La Hacienda de la Erre formó parte de uno de los latifundios más extensos de Guanajuato (latifundio, hacienda agrícola de gran extensión que pertenece a un solo propietario), se construyó en la primera mitad del siglo XVIII, contaba con 69,836.9 hectáreas, hay registros que indican que los límites de la Hacienda de La Erre llegaban de un lado a lo que hoy es Michoacán y, del otro, hasta territorio de San Luis Potosí.
Entre lo que queda del casco de la Hacienda de la Erre y la actual capilla de Nuestra Señora de la Asunción de La Erre está la efigie de la cabeza de un águila que tiene en uno de sus costados la leyenda “Libertad”, es una de las 260 esculturas que pertenece a la Estela de la Libertad, y que se colocaron en puntos importantes que fueron testigos del inicio de la Guerra de Independencia y la ruta de Hidalgo entre 1810 y 1811, como lo es la ciudad de Guanajuato, Dolores Hidalgo y Acámbaro, entre otros.
Juan Altamirano Saavedra, aparece como propietario de la Hacienda de La Erre, él la inició al juntar otras propiedades como "La Cieneguilla de Nieto", "Santa Lucía", "Río Seco", "La Erre" , "El Comedero", "El Llanito", "El Joconoxtle", "La Ventanilla", "El Gusano", "La Ciénega de Guerrero", "San Mateo", "San Damián", "San Nicolás", "El Espejo", "Río de Don Juan" y "La Cruz", que luego las heredaría en 1619 don Rodrigo Mejía y Altamirano, quien era alguacil mayor de la Real Audencia de la Nueva España quien la consolidaría.
Al morir don Rodrigo Mejía y Altamirano la hacienda quedó en manos de su hija Juana Mejía Altamirano y de Tovar, y a su yerno, Carlos de Luna y Arellano y Sámano, conocido como el Mariscal de Castilla.
Luego de la Guerra de Independencia la Hacienda de La Erre fue prácticamente abandonada.
En 1824 don Mateo Delgado compró la hacienda y luego de heredarla a sus descendientes quedó don Manuel Rubio como único dueño único en 1890. Al morir don Manuel, La Erre pasó a manos de su hija María Guadalupe Rubio, quien la terminó fraccionando y así terminó con uno de los más grandes latifundios del estado de Guanajuato.
Actualmente la Hacienda de La Erre se encuentra en el abandono, se la está comiendo el tiempo, poco a poco se va desmoronando el lugar que un día albergara al padre de la patria, don Miguel Hidalgo y Costilla y a su naciente ejército insurgente.
CM