Celaya.- La desesperada búsqueda de Rafael Pizano González, que involucró a familares, amigos y autoridades, además de cientos de mensajes en redes sociales compartiendo la ficha de localización, se dio por concluida finalmente de la manera más triste: Rafael perdió la vida y su cadáver fue localizado e identificado por su familia.
Rafael había sido visto por última vez el pasado 3 de junio en la comunidad de Pelavacas, en Celaya. Trabajaba como repartidor en moto y eso estaba haciendo cuando lo privaron de la libertad. Sin embargo, los autores nunca se comunicaron con la familia de la víctima.
A partir de entonces comenzó el calvario para los Pizano González. La mamá, Irma González, nunca se rindió y por todos los medios estuvo insistiendo en sus intentos por localizar a Rafa.
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Mandó imprimir volantes y lonas, pagándolos con ayuda que gente solidaria le brindó, y los estuvo repartiendo por la ciudad. No dejó de tocar puertas ni de mantenerse en contacto con autoridades, tratando de que la búsqueda no se detuviera.
Los días de angustia se prolongaron; un mes, un mes y un día... fue este 4 de julio cuando doña Irma pasó el trago más amargo de su vida al identificar el cuerpo. Pero también la tranquilidad de que esa incertidumbre y angustia habían llegado a su fin.
Así escribió Irma en redes sociales:
“Antes que nada quiero agradecer a todos los que compartieron la foto de mi niño, familia, amigos, conocidos y no conocidos, todos nos unimos en un clamor a Dios, que apareciera mi niño.... Ya lo encontramos, no como quisiera, ahora está en un lugar mejor, está gozando en la presencia del Señor, de corazón les agradezco tantas muestras de apoyo, cariño y comprensión en esta situación.
"A ti, que le arrebataste la vida a mi niño, quiero que sepas que no guardo ningún rencor, no te odio, no te deseo mal alguno, porque dentro de todo el daño que causaste hoy se dónde está mi hijo.
Agradezco infinitamente a Dios que nos permitió encontrarlo, que nos evito más días de sufrimiento al no saber de mi niño y ahora nos da la certeza de que hoy mi hijo está en un lugar mejor, está junto a Él.
Dios les bendiga y permita que así como encontramos a mi niño, cada uno de los que hoy están desaparecidos pueda volver a su hogar.
Hasta siempre mi niño hermoso”.
El sentido mensaje encontró eco y respuesta entre los celayenses, que externaron condolencias pero también su sentimiento de hartazgo e indignación ante los crímenes que se llevan a personas jóvenes sin importar condición social, en este caso un joven trabajador.
cv