Valle de Santiago.- Los elementos de la Policía Municipal de Valle de Santiago suspendieron labores la mañana de este miércoles, para protestar por el clima de inseguridad que viven en el interior de la corporación. Denunciaron además la falta de apoyo de sus autoridades y pidieron el cese del coordinador operativo, a quien encararon durante una manifestación que realizaron afuera de la presidencia municipal.
En tan solo una semana han sido asesinados 2 policías municipales; uno la noche del lunes mientras se encontraba en su día libre, y otro el jueves anterior, también mientras estaba franco.
El policía muerto el lunes 29 de mayo a manos de criminales es Édgar Rivera Vallejo, acribillado en la comunidad Carmelitas Chico, donde tuvo su domicilio; el jueves 25 de mayo habían matado a su compañero de corporación Adán Ríos Lorenzo, en la comunidad de Bellavista.
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El municipio de Valle de Santiago tiene 186 comunidades rurales, además de la cabecera municipal, y la cobertura de seguridad está a cargo de 40 policías, 20 por turno, cantidad insuficiente y que, además de dejar desprotegida a la población civil, tiene expuestos a los propios uniformados, quienes afirmaron, durante la manifestación la mañana de este miércoles 31 de mayo, sentirse inseguros y faltos de apoyo por parte de sus superiores.
Este año son 3 los policías asesinados, además de otros elementos que han salido lesionados en ataques armados. El 27 de abril fue baleado en su tienda de abarrotes el exdirector Hilario García Pineda, quien recién había renunciado a la corporación luego de haber estado solamente 6 meses en el cargo.
Los elementos esperaban ser atendidos por el alcalde vallense Alejandro Alanís, quien antes del mediodía no había dado respuesta.
En el lugar estaba el coordinador operativo José Yerena Cornejo, quien estaba declarando, ante los medios de comunicación, que las autoridades ya estaban dando atención a las demandas del personal. Los uniformados protestaron, le dijeron que ellos no habían obtenido respuesta y lo acusaron de irresponsable, señalando que dejaba descuidado su cargo y asistía muy poco a trabajar. Lo encararon diciéndole que debería de renunciar.
Otra queja de los servidores públicos fue que ya no se les permite llevarse sus armas de cargo ni chalecos antibalas cuando salen de turno, algo que antes al menos les era concedido y así se sentían más seguros ellos y sus familias, pero ahora están a merced de los delincuentes, como se ha visto con los recientes asesinatos de compañeros.
cv