Salvatierra.- La exhacienda de San José del Carmen representaba un punto de atractivo turístico y recinto de eventos sociales. Celebrar una boda o una fiesta de XV años en sus galerías era un privilegio para quienes podían contratar el lugar.
Por otra parte, el antiguo casco de hacienda era escenario de recorridos turísticos para apreciar el inmueble de alto valor histórico, que data del siglo XVII, así como para escuchar las escalofriantes leyendas que se tejen entre sus antiguos muros.
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Las historias de aparecidos, de crímenes, de aventuras de monjes y de revolucionarios estremecían a las decenas de visitantes que diariamente recibía el lugar.
Hoy la exhacienda San José del Carmen permanece cerrada y así estará definitivamente. La empresa que administra decidió suspender por completo los recorridos y el alquiler para ceremonia sociales.
Mediante un comunicado, la empresa así lo anunció.
Los cambios de dueños
San José del Carmen pertenecía inicialmente a los frailes Carmelitas, como donación de la Corona Española en 1648. Los monjes tuvieron el control de ese vasto territorio hasta el año de 1664, cuando lo vendieron al potentado Nicolás Botello. A su vez, Botello vendió en 1872 a Francisco Llamosa, quien como administrador del lugar lo hizo prosperar y aumentar su extensión, llegando a abarcar 13,000 hectáreas.
La caída de la gran propiedad vino con el estallido de la Revolución Mexicana. En la década de 1920 las tierras de la exhacienda fueron repartidas y San José del Carmen quedó diezmado en su territorio.
En la actualidad, la hacienda todavía posee una extensión muy amplia y se conserva mobiliario y artefactos de la época prerrevolucionaria, por eso que era hasta hace unos días un sitio de interés turístico.
El cierre
El lugar es administrado por una empresa particular, según relata el guía de turistas conocido como Charro de Salvatierra. Él organizaba los recorridos guiados durante el día y la tarde, cuando la finca recibía visitantes que se deleitaban escuchando las leyendas creadas a partir del antiguo edificio, como la del militar que se aparece en uno de los vagones que ahí yacen derruidos, o la fantástica vida del hacendado Llamosa, de quien se inventó que se dedicaba a asaltar a los carruajes que pasaban por la zona, o la de los monjes muertos entre los muros del edificio.
Este miércoles 20 de diciembre, de acuerdo con lo confirmado vía telefónica por el Charro de Salvatierra a La Silla Rota Guanajuato, la empresa decidió dar fin a la actividad de recorridos y de renta de espacios para fiestas, luego de la masacre perpetrada 3 días antes por un grupo criminal en contra de los asistentes a una fiesta juvenil, donde murieron 10 personas y 14 resultaron lesionadas.
“Queremos informarles que la hacienda no volverá a estar abierta para el público o recorridos, por respeto a cada uno de los jóvenes y sus familias”, señala un comunicado dado a conocer por la administración, la cual se abstuvo de emitir alguna otra declaración.