Hace una semana, una nube amarilla nubló (otra vez) parte del cielo de Salamanca. Estaba saliendo de la Refinería Ingeniero Antonio Amor, un lugar con altas emisiones contaminantes que, combinadas con las de dióxido de azufre que genera la Central Termoeléctrica de Salamanca, pusieron en alerta sanitaria a la población.
Después de este periodo tóxico para la ciudad, el organismo México Evalúa dio a conocer que de todas las plantas industriales de México, la refinería de Salamanca es la que despide más emisiones de dióxido de carbono en México. Detrás está la refinería Miguel Hidalgo, también de Pemex y la Central Termoeléctrica Francisco Pérez, de CFE; estas dos últimas están en Tula, Hidalgo.
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El organismo encontró que las personas hospitalizadas en Salamanca y Tula por enfermedades respiratorias, enfermedades del aparato circulatorio y neoplasias (un tejido que crece y puede convertirse en cáncer) son superiores comparadas con el promedio nacional. Lo mismo pasa con las muertes por enfermedades del aparato circulatorio.
En el caso específico de Salamanca, lo único que ha disminuido son los egresos hospitalarios (aún así superan por mucho los indicadores nacionales). Las defunciones son las que aumentaron, la gráfica presentada por México Evalúa muestra un pico en muertes por enfermedades del aparato respiratorio y del aparato circulatorio.
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El Secretario de Salud, Daniel Díaz, confirmó el aumento de enfermedades respiratorias en entrevista a medios. Recordó que el día de la nube amarilla, la Secretaría asistió al Consejo Hospitalario de la Jurisdicción Sanitaria no.5 con el alcalde de Salamanca César Prieto y les dieron a conocer que 90% del componente de la nube sería vapor de agua.
“Yo lo dudo, realmente. Ya tuve una plática con la Secretaria del Medio Ambiente (María Isabel Ortiz Mantilla) para sentarnos con el alcalde, con las autoridades de la refinería y si es necesario con la dirección general de protección de riesgos sanitarios que revise ese tema”, informó.
Aseguró que en los últimos cinco años han aumentado los casos de enfermedades respiratorias y de cáncer en la ciudad de Salamanca. Indicó que hace años, el cáncer no estaba entre los 10 casos de atención de la Secretaría de Salud, pero hoy ocupa el lugar número 8. Las enfermedades respiratorias agudas permanecen en los tres primeros lugares.
El combustóleo de la refinería que contamina Salamanca
Desde Google Earth se logran observar más de 80 tanques viejos y oxidados en la refinería Ingeniero Antonio Amor que, de acuerdo a fuentes cercanas a La Silla Rota, guardan en su interior combustóleo, una sustancia que queda después de refinar el petróleo.
Aquí es donde entra la otra parte responsable de la contaminación en Salamanca: la Central Termoeléctrica de Salamanca que opera la CFE. Esta central quema el combustóleo para generar electricidad.
¿Y que es el combustóleo? Esta sustancia proviene de la refinación del petróleo crudo. Cuando se inicia el proceso para crear gasolina en la refinería Antonio Amor, el petróleo es sometido a un proceso de refinación en el que se separan sus elementos. Uno de los elementos que sobra porque no puede usarse para convertirlo en gasolina es el combustóleo.
Esta sustancia que “sobra” en el procedimiento no es viable para ser vendida, pues ya son pocos los países que la utilizan para la generación de energía por ser altamente contaminante. Así que, para darle un uso, el combustóleo se quema en la Central Termoeléctrica de Salamanca para generar electricidad.
Al quemarlo otra vez se separan sus elementos y uno de ellos, el más contaminante, dióxido de azufre, sale en forma de humo por las chimeneas de la Central Termoeléctrica de Salamanca.
De acuerdo distintos especialistas, son esta central y la refinería de Pemex las plantas industriales más contaminantes de Salamanca.