Apaseo el Grande.- Don Pedro era uno de los comerciantes de “vaquitas” que reclamaban la autoría de ese producto, unas empanadas típicas de Apaseo el Grande, con mucha demanda debido al sabor de sus ingredientes. La venta ambulante era su modo de vida desde hacía décadas, y con él participaban su esposa Ángeles y su hija Julieta.
Eran un equipo que estaba de cerca en todo el proceso: muy temprano ir al mercado y a la carnicería para perparar los rellenos de picadillo y chicharrón, componentes estrella en sus vaquitas. Ya después en el horneado y posteriormente la venta, aunque para el horno tenían un completo equipo de panaderos, en su conocida "Panificadora el Vapor".
Estas vaquitas son un producto tradicional en Apaseo el Grande, muy apreciado también por gente de municipios vecinos, que llega solamente para comprar algunas piezas.
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Don Pedro, al igual que un colega suyo conocido como Don José, eran quienes proclamaban la paternidad de las famosas “vaquitas”.
Víctimas del crimen
Nunca se sabrá a ciencia cierta, pero ahora Don José es el más veterano “vaquero” de Apaseo el Grande. No era rival ni mucho menos enemigo de Don Pedro, solamente compartían el oficio y se repartían la clientela, pues para todos había.
Don Pedro Lara fue asesinado. Él y su esposa Ángeles, al igual que la hija de ambos, Julieta, fueron acribillados en su casa la noche del jueves 8 de diciembre.
Los Lara, famosos por la calidad de sus vaquitas, fueron víctimas de criminales que entraron a la vivienda en la calle Nicolás Bravo, entre Mina y Cuauhtémoc, en plena zona centro de Apaseo.
La venta había sido muy buena en esta fecha: se trataba de la festividad de la Inmaculada Concepción. Castillo de pirotecnia, grupo musical, juegos y misa celebrada por el obispo emérito de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia.
La familia Lara, ya en su casa, se disponía a descansar. Doña Ángeles iba a meterse a bañar, Julieta estaba en una recámara cambiando el pañal a su bebé antes de llevarlo a dormir, y Pedro estaba en el comedor, solamente con un pantalón corto y sandalias. Fue el momento en que irrumpieron los criminales y dispararon contra todos los adultos, quienes murieron de inmediato. La madre quedó tirada en el baño, cubierta con una toalla; don Pedro, en el piso entre el comedor y el baño, y Julieta en la cama, de costado. El bebé quedó ileso, y presuntamente fue recogido poco después por los policías que atendieron el reporte de emergencia.
La noticia se esparció desde las primeras horas de este viernes, y cuánta consternación causó entre la gente de Apaseo el Grande. En redes sociales, ciudadanos lamentaron el crimen que destruyó una familia. Era gente trabajadora que no merecía ese final, señalaba la mayoría de los comentarios, además de exigir justicia por este triple asesinato.