León, Guanajuato.- Después de casi dos meses de silencio tras un trágico ataque que cobró la vida de tres mujeres, El Bordo, una histórica zona ubicada en el barrio del Coecillo, ha reabierto sus puertas. Este lugar, con más de medio siglo de historia, ha sido testigo de múltiples transformaciones sociales y urbanas, y su reapertura refleja la compleja realidad que enfrentan quienes ejercen el trabajo sexual en la ciudad.
El Bordo, situado en la intersección de las calles Baños y Malecón del Río, ha sido durante décadas un espacio donde mujeres ofrecen servicios sexuales en pequeñas casitas. A pesar de su longevidad, la zona ha estado marcada por la precariedad y la falta de reconocimiento oficial. El reciente ataque, ocurrido el 12 de marzo de 2025, dejó una profunda huella en la comunidad y evidenció la vulnerabilidad de quienes laboran en este entorno .
Durante un recorrido realizado por el equipo de La Silla Rota, se constató que la actividad ha retomado su curso habitual. En una de las casitas, dos mujeres esperaban clientes. Al ser abordada por los reporteros, una de ellas explicó: “Cobro 150, 15 minutos corazón, si quieres más tiempo se cobra extra, ahora sí que todo depende lo que tú te tardes mi amor”. Su respuesta, directa y sin rodeos, refleja la normalización de una actividad que, aunque marginalizada, es parte del tejido social del Coecillo.
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La reapertura de El Bordo no solo representa la resiliencia de sus trabajadoras, sino también la persistencia de una realidad que, aunque incómoda para muchos, existe.
Este reportaje no busca exponer ni juzgar a quienes ejercen el trabajo sexual, sino ofrecer una mirada honesta y respetuosa a una actividad que, en muchos casos, es la única opción de sustento para mujeres en situación de vulnerabilidad.
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