León, Guanajuato.- En enero y febrero de 1995, la Feria de León se convirtió en un escenario estelar para los más grandes artistas de la música de habla hispana. Este evento, celebrado del 13 de enero al 6 de febrero, no solo ofreció tradiciones y actividades culturales, sino que también deleitó a los asistentes con presentaciones inolvidables de artistas icónicos que marcaron una época.
La feria contó con un elenco de artistas que abarcaron diversos géneros musicales, atrayendo a públicos de todas las edades. Entre los más destacados estuvieron Vicente Fernández, Alejandro Fernández y José José, quienes llevaron al público por un viaje de emociones con sus voces inigualables. Vicente Fernández se presentó del 19 al 21 de enero, con entradas generales de $60 MXN, mientras que su hijo Alejandro Fernández hizo lo propio los días 13 y 22 de enero, con boletos a $40 MXN. Por su parte, José José, el “Príncipe de la Canción”, dejó su huella el 26 de enero.
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El pop tuvo un lugar especial en la feria con la participación de artistas como Thalía, Lucero, Paulina Rubio y Magneto. Lucero, conocida como “La Novia de América”, se presentó los días 14 y 27 de enero, con entradas de $50 MXN. Thalía, en el punto álgido de su carrera, cautivó al público el 3 de febrero con boletos al mismo precio. Por otro lado, Paulina Rubio y Magneto prendieron el escenario el 25 y 15 de enero, respectivamente, ofreciendo espectáculos llenos de energía.
El cartel también incluyó a leyendas internacionales como Rocío Dúrcal, quien deslumbró a la audiencia los días 4 y 5 de febrero con entradas a $60 MXN, reafirmando su estatus como una de las favoritas del público mexicano. Además, Emmanuel, Alejandra Guzmán, Mijares y Cristian complementaron esta alineación de lujo, cada uno con un estilo único que dejó memorables presentaciones.
En la década de los 90, la Feria de León ya era un evento importante, destacando por combinar tradiciones locales con espectáculos de gran atractivo nacional e internacional. Además de las presentaciones musicales, era común encontrar exposiciones ganaderas, juegos mecánicos, comida típica y eventos culturales.
El torneo de gallos era una actividad muy representativa, reuniendo a aficionados de esta práctica. La feria también era un punto de encuentro familiar y un motor económico para la región, atrayendo a miles de visitantes.
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