León.- Un soldado que combatió en Medio Oriente y un agente paramilitar entrenado por expertos son los colombianos que, por dinero, se sumaron a la organización delictiva Cártel de Santa Rosa de Lima y que murieron por “El Marro” y su ambición.
Servicios de inteligencia que llevaban años investigando Antonio Yépez Ortiz y a su organización criminal tenían conocimiento de hombres de origen extranjero que habían llegado a Guanajuato con el fin de arriesgar su vida por dinero del crimen organizado, pero fue hasta el 20 de noviembre del año pasado cuando las identidades de 2 de ellos pudieron ser confirmadas.
La tarde de aquel domingo, un grupo policías municipales de Celaya que estaba dentro de su comandancia en la comunidad de San Juan de la Vega fue atacada por un comando de 15 sicarios. Como si estuvieran en una guerra en Afganistán o Irak, atacaron a la autoridad con granadas antes de escapar hacia la colonia Benito Juárez y al grito de ¡Puro Marro! - como si de una revolución se tratase- recibir a balazos a los elementos que los arrinconaron, narra en su columna el periodista Luis Cárdenas.
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Fueron muertos 8 delincuentes, y heridos 3 policías y una mujer. Entre los cuerpos de los criminales había 2 de origen extranjero, más precisamente colombianos: Jarinton Jesús Lopez Sarmiento y Geovanny Ferrer Estrada.
Los 2 eran expertos en combate. El primero fue soldado de las Fuerzas Especiales de Colombia que abandonó la corporación cuando una empresa dedicada a la guerra, a contratar hombres para que maten por dinero, lo reclutó como mercenario. Todo lo aprendido en las Fuerzas Especiales de Colombia para enfrentar a los que ponen en riesgo el bienestar social y defender a la población, lo desaprendió para, en Medio Oriente, con un montón de mercenarios, aprender a atacar.
Y el otro, de acuerdo a las investigaciones de las que tuvo conocimiento el periodista Luis Cárdenas recibió entrenamiento paramilitar. Como ellos, son los mercenarios que trabajan para el Cártel de Santa Rosa de Lima que están libres.
Los artefactos explosivos del Marro
El pasado 28 de junio, un coche bomba explotó en la comunidad de Sauz de Villaseñor del municipio de Celaya. Elementos de la Guardia Nacional fueron enviados a atender el reporte de un supuesto auto con cadáveres en el interior cuando les explotó el auto.
Resultaron 10 elementos lesionados, uno que más tarde murió en el hospital y otro que perdió el brazo, como si hubiera ido a la guerra.
No es la primera vez que se usan explosivos en Guanajuato y los colombianos mercenarios son expertos en manipularlos.
PR