León-. Los niños se detienen a verlo con una mirada curiosa, se les dibuja una sonrisa en el rostro, lo señalan y aplauden por el pequeño instante de felicidad que sienten al ver a la marioneta de Elmo cantar, mientras José Guadalupe le da vida en la zona peatonal del centro de León.
Con un xilófono de juguete, acompañado de sus marionetas Pinocho y Elmo, Don José arma su propia orquesta infantil. A Elmo le da vida modulando su voz como el personaje de pelaje rojo lo haría en el programa de Plaza Sésamo.
Los niños que visitan la zona centro de la ciudad no dejan pasar desapercibido a Don José y su mascota el gato pillo (un gato de verdad). No solo es el encanto de los niños, también lo es de los adultos que se detienen a observarlo con curiosidad y nostalgia, rememoran la infancia.
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Suena el Xilófono y Elmo canta piezas del payaso Cepillín, del cantautor Francisco Gabilondo Soler, Tatiana y el amigo de todos los niños: Chabelo.
“Me gusta la sonrisa de los niños, esa tierna sonrisa limpia, que ellos tienen, una intuición que ven aquí a Elmo y les agrada, me decía una señora que le gustaba como Elmo cantaba y me decía que traía su niño para verlo cantar” relató José Guadalupe de 58 años.
“Trato de hacer la voz de Elmo y la gente me corresponde con una moneda” dice José que cuenta con su minúscula orquesta compuesta por él, su gato y sus marionetas, y sus instrumentos. Son su sustento, aunque dice que lo hace por gusto y porque sueña con ser abuelo algún día.
José Guadalupe García tiene 58 años, casi no encuentra trabajo, pero su orquesta le da para ganar el sustento día a día, dijo a La Silla Rota que lo hace con el mayor gusto: el ver a los niños lo hace feliz a él.
A José le acompaña Pillo un gato pardo que viste chaleco de mezclilla. Lo adoptó en la colonia Los Castillos. Es su fiel compañero cuando Don José hace su trabajo, el felino también es una atracción para los niños que se acercan para acariciarlo: “Tengo varias enfermedades, hipertensión, hígado graso, y la vesícula que trae piedras, me distraigo, me desestreso, y veo a los niños y esa sonrisa tan limpia y tan calidad me agrada y me voy sonriente y alegre a mi casa, me voy contento”.
“Soy padre de familia, pero todavía no soy abuelo, si se puede sí” cuenta Do José que quiere ser abuelo, sin embargo, para él estar ahí es olvidarse de todos sus problemas a cambio recibe agradecimiento: “Mucha gente sí me agradece”.
Cuando Don José canta las icónicas piezas de Francisco Gabilondo Soler como El ratón Vaquero, La muñeca fea, Caminito de la escuela, provoca que quien pase por ahí se detenga por un momento y se acerque para decirle: “Me hiciste recordar mi infancia con esas canciones de Cri-cri, eso me agrada y me da mucha alegría”.
“Yo no tuve reyes y la infancia, fue una infancia muy dura, yo nunca tuve muchas alegrías, era de esas familias disfuncionales, este show como que recuerda cosas que nunca tuve y así de viejo que estoy me agrada hacerlas” compartió Don José que entre semana alegra las tardes de los niños y adultos.