Apaseo el Alto.- Entre el ambiente sórdido con pretensiones de festivo del bar Lexuz, en Apaseo el Alto, las meseras-bailarinas-recorren las mesas tratando de agradar a los clientes, y el consumo fluye satisfactoriamente para el dueño.
Cervezas a 40 pesos, una botella de whisky etiqueta roja a 800... hay de todo tipo de bebidas, para beneplácito de la concurrencia y del propietario del antro, que supervisa desde la caja y también ayuda a servir los tragos preparados, pues las cervezas están a la mano para que las propias mujeres las sirvan, en un refrigerador de dos puertas al alcance también de la clientela.
Las trabajadoras, en altos tacones, atienden a los parroquianos y en la parte superior hay habitaciones para pasar un momento más privado. Son al menos seis empleadas, pues los miércoles, aunque sí hay clientela, no es tanta como la que se espera los fines de semana.
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Al fondo, junto al refrigerador de las cervezas, una sinfonola toca a todo volumen música de banda; se permite bailar con las féminas, según el acuerdo al que se llegue con ellas, y también hay un “tubo-tubo” para la hora de la variedad.
Ese es el ambiente normal en el Lexuz, un bar ya muy conocido en Apaseo el Alto, a donde acuden no solo los lugareños, sino que también es parada eventual para viajeros que transitan hacia Querétaro y quieren refrescarse y tomar un descanso.
Desde antes de llegar se ve el tipo de ambiente del negocio: luces neón y afuera un hombre sentado en una silla de plástico, controlando el acceso, por lo general muy fluido incluso entre semana.
Decenas de balazos
La mercadotecnia se esfuerza por hacer que el Lexuz luzca como un lugar fresco, juvenil y hasta “fresa”, y preparaban una fiesta por su aniversario, que sería el próximo sábado 19 de noviembre. Todos invitados a celebrar en el local ubicado en la lateral de la carretera Apaseo el Alto-Querétaro.
Pero la fatalidad derrumbó todo. Acabó con la vida de nueve personas que estaban unas divirtiéndose y otras trabajando.
Alrededor de las 9:00 de la noche, sujetos armados llegaron en una camioneta, la detuvieron frente al negocio y entraron para disparar indiscriminadamente contra todas las personas presentes. Hombres y mujeres por igual, fueron víctimas de las balas de alto calibre.
El informe oficial es que murieron cinco hombres, entre ellos el dueño del establecimiento, y cuatro mujeres, todas ellas trabajadoras del lugar. Quedaron heridas otras dos mujeres, quienes fueron reportadas como estables.
En el piso del local fueron recuperadas decenas de casquillos de calibre 7.62, usado en las armas AK-47, mezclados con la sangre de las víctimas. Así terminó lo que parecía un día común en el popular Lexuz.
CV