Rodrigo García tiene buenas razones para creer que su padre, Gabriel García Márquez, estaba equivocado cuando una y otra vez se negó a publicar “En agosto nos vemos”. El escritor colombiano, premio Nobel de Literatura, autor de Cien años de soledad (un libro que en China vendió 1 millón de ejemplares en los primeros seis meses de su lanzamiento) terminó cinco versiones de esta novela y las cinco quedaron almacenadas en su archivo personal.
La existencia de “En agosto nos vemos”, sin embargo, no era un secreto, por el contrario, durante 15 años los lectores conocían algunas noticias sobre su avance. En 1999, de hecho, García Márquez leyó un primer fragmento que ilusionó al mundo editorial: era el capítulo inicial de la historia de Anna Magdalena Bach, una mujer que viaja cada 16 de agosto a una isla en la que está la tumba de su madre.
Desde entonces, el escritor colombiano trabajó en perfeccionar la novela, aunque primero se pensó que se trataba de un libro de cuentos, ahora se sabe que se trata de una novela corta de 110 páginas, de acuerdo con un reportaje del diario El País, que logró revisar el archivo personal del escritor colombiano.
Te podría interesar
Cuando García Márquez murió, el 17 de abril en 2014, la familia tuvo que decidir qué hacer con el archivo personal, que incluía fotos, manuscritos, cartas y libros que atesoró durante su vida. En noviembre de ese año, se anunció que se vendieron a la Universidad de Texas, en donde ha permanecido desde entonces, incluyendo las cinco versiones de “En agosto nos vemos”.
El de fecha más reciente, según documentó El País en una foto, es de 2004, y en la portadilla tiene dos anotaciones resaltadas en rosa: “Versión final que se envió a C. Balcells. 2004” y “Esto es lo que salió de las 5 carpetas negras”.
Es decir, que en 2004 hubo un intento muy cercano a publicar la novela, pues se le mandó a Carmen Balcells, la agente y editora de casi toda la vida de García Márquez. Pero el colombiano no se atrevió a dar el último paso; contrario a eso, volvió sobre los manuscritos y siguió con las correcciones hasta el penúltimo año de su vida, según narró su propio hijo, el cineasta Rodrigo García, quien ha definido a “En agosto nos vemos” como “el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea”.
Lo que se sabe es que García Márquez, probablemente en un arranque de frustración creativa, dijo a sus editores: "Este libro no sirve. Hay que destruirlo".
¿Por qué se decidió publicar la novela de García Márquez?
Su hijo Rodrigo García ha declarado que esa declaración de su padre fue injusta con la novela porque en esas páginas está contenido todo el talento del escritor colombiano.
En marzo de 2023, la familia de García Márquez tomó una decisión definitiva respecto a las cinco versiones de la novela que nunca se publicaron: entregarlos a Cristóbal Pera para que armara una versión final.
Cristóbal Pera trabajó con el Nobel colombiano durante la última etapa de su vida de escritor. Con él revisó el manuscrito de Memoria de mis putas tristes y de acuerdo a lo que ha explicado, lo que hizo no fue sino unir el rompecabezas que García Márquez dejó en sus manuscritos. La labor de Cristóbal Pera fue, en resumen, obedecer el montón de anotaciones que dejó el escritor en esas cinco carpetas que ahora, a 10 años de su muerte y en conmemoración de su natalicio se publicará este 6 de marzo de 2024, cuando Gabriel García Márquez hubiese cumplido 97 años.