Eduardo Palomo fue un actor mexicano nacido el 13 de mayo de 1962 en la Ciudad de México y fue conocido por su destacada participación en telenovelas mexicanas, especialmente por su papel protagónico en "Corazón salvaje", donde interpretó a Juan del Diablo, no obstante, tuvo un trágico destino que le impidió llegar a triunfar a Hollywood, pues falleció trágicamente el 6 de noviembre de 2003 a la edad de 41 años
La causa de su deceso fue debido a un paro cardíaco que pasó mientras se encontraba en Los Ángeles, California, lo que ocasionó que el resto de sus seguidores conmocionarán, debido a la forma repentina, pues también el mundo del entretenimiento en México y América Latina se quedaron paralizado, debido a que partió de este mundo a temprana partida, dejando un legado como actor y haciendo que sea recordado por su talento.
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Y es que luego de que alcanzó el éxito en la novela Corazón Salvaje, decidió mudarse a Los Ángeles, California junto a su familia donde pasó los últimos años de su vida, lejos de la pantalla solo dedicado a su familia, la razón de esta decisión según mencionó a a la periodista Mara Patricia Castañeda antes de su muerte, fue que necesitaban un break del medio, de fiestas, drogas y alcohol, ya que ni él ni su esposa tenían ese interés.
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El mito alrededor de la muerte de Eduardo Palomo
Su trabajo como actor, le dio la oportunidad a Eduardo Palomo para ir a vivir a Estados Unidos, y aunque en dos ocasiones tocó puertas para entrar a Hollywood, aún no tenía respuesta, cuando repentinamente falleció, tras su muerte comenzaron a rondar mitos pues participó junto con actrices que también ya fallecieron como Edith González, Lorena Rojas y Mariana Levy, por lo que se cree que la muerte de Eduardo está rodeada de una maldición, pues sus compañeras fallecieron de enfermedades tras actuar junto a él.
La partida de Eduardo conmocionó tanto a sus compañeros como al mundo del entretenimiento latinoamericano, ya que el actor, conocido por su papel como "Juan del Diablo", llevaba un estilo de vida saludable, sin hábitos de fumar ni consumo de drogas, sin embargo, se descubrió más tarde que, a los 41 años, sufría de una enfermedad cardíaca.
Su fallecimiento fue atribuido a causas naturales y el 10 de noviembre del mismo año, se llevó a cabo su funeral en Los Ángeles, en la Iglesia de la Cienciología, creencia que profesaba el actor, donde también fue incinerado, posteriormente, sus cenizas fueron repatriadas a México y esparcidas en el mar.
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