TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.- Durante los últimos tres años del gobierno del morenista Rutilio Escandón, la violencia del narcotráfico en Chiapas provocó que las celebraciones del Grito de Independencia se vivieran con miedo o simplemente se cancelaran en varios municipios. En lugar de plazas llenas, las familias permanecían resguardadas en sus casas ante el temor de un ataque armado.
El 15 de septiembre de 2023, en Frontera Comalapa, el presidente municipal Alejandro Mérida y su cabildo apenas pudieron salir al patio cívico para organizar una breve ceremonia. Sin la presencia de ciudadanos, realizaron el acto y se retiraron rápidamente. Nadie se animó a aplaudir ni a gritar “¡Viva México!”, reflejo del control que ejercían los grupos del crimen organizado en la zona.
Javier, un maestro de primaria que pide mantener el anonimato, recuerda ese ambiente de encierro y silencio. Hoy, sin embargo, asegura que la situación ha mejorado, pues ya pueden salir, viajar y abastecerse en la región. Para él, el simple hecho de que las familias vuelvan a caminar con más libertad es un signo de esperanza tras años de miedo.
Te podría interesar
La violencia, sin embargo, no se limitó a Frontera Comalapa. Cinco días antes del Grito del año pasado, un grupo armado incendió la Presidencia Municipal de Benemérito de las Américas, en la región Selva fronteriza. Su alcalde electo, Juan Gómez Morales, enfrentaba amenazas constantes; meses después, en mayo de 2024, su hijo y un colaborador fueron asesinados en una emboscada.
La inseguridad también golpeó a Villaflores. Tras el Grito del 16 de septiembre de 2023, un hecho violento enlutó el festejo: Mariano Rosales Sarmiento, hijo del entonces alcalde Mariano Rosales Zuarth, fue asesinado dentro del Ayuntamiento por un transportista armado. Aquella noche de fiesta terminó en tragedia y evidenció la fragilidad de las celebraciones patrias en un estado asediado por el crimen organizado.
Frontera Comalapa, tres años sin fiestas patrias por la violencia del narco
Durante más de tres años, Frontera Comalapa vivió bajo el miedo constante de la disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS). La violencia se volvió parte de la vida cotidiana; balaceras, bloqueos y amenazas que incluso impidieron que los pobladores pudieran celebrar en paz las fiestas patrias. La Silla Rota documentó cómo este municipio fue uno de los más golpeados por la guerra criminal, donde el silencio y el encierro se impusieron sobre el bullicio de las celebraciones.
Javier, maestro de primaria, recuerda con nitidez la noche del 15 de septiembre de 2023. “Todos estábamos encerrados —dice—, y sólo llegaron los trabajadores del Ayuntamiento de aquel entonces”. La plaza pública lucía vacía, sin los tradicionales gritos de “¡Viva México!”. En lugar de fiesta, predominaba la zozobra: el temor a un ataque armado frenaba cualquier intento de reunión comunitaria.
La violencia alcanzó un punto crítico en esos días. Apenas 12 días antes del “Grito” de Independencia de 2023, un comando secuestró a Aníbal Roblero Castillo, alcalde electo de Frontera Comalapa. El político, de 54 años y militante del Partido Verde Ecologista, fue levantado en una cafetería de Tuxtla Gutiérrez cuando se encontraba acompañado de otra persona. Su desaparición marcó un nuevo episodio de terror en la región.
La ausencia de gobierno legítimo agudizó la crisis. Desde 2021, Frontera Comalapa era administrado por un Concejo Municipal, ya que la violencia había impedido la realización de elecciones regulares. Entre la presencia de grupos criminales y la falta de autoridades firmes, los habitantes quedaron atrapados en un clima de incertidumbre que, hasta ahora, apenas empieza a ceder con la llegada de mayor presencia de fuerzas de seguridad.
Chiapas, entre los estados más violentos en el proceso electoral de 2024
La organización Data Cívica advirtió en un reporte que, hasta el 31 de julio de 2024, Chiapas se ubicaba entre los estados con más hechos violentos relacionados con el proceso electoral del 2 de junio. De los 459 eventos registrados a nivel nacional —entre asesinatos, agresiones a candidatos y ataques a sus equipos de trabajo—, la entidad sumaba 56 casos, apenas dos menos que Guerrero, que encabezaba la lista.
La violencia creciente impactó de lleno en la vida social y política de Chiapas. El 12 de septiembre de 2023, miles de personas salieron a las calles de Tuxtla Gutiérrez para exigir paz. La marcha reunió a alrededor de 15 mil participantes, entre familiares de desplazados, desaparecidos y asesinados, así como integrantes de organizaciones sociales y religiosas.
Con pancartas, estandartes, banderas nacionales y la imagen de la Virgen de Guadalupe, la multitud se congregó en el atrio de la Catedral de San Marcos para celebrar una misa y enviar mensajes a los tres niveles de gobierno. Los voceros de la Arquidiócesis denunciaron que la inseguridad había alcanzado niveles críticos: asesinatos y desapariciones forzadas en comunidades, personas usadas como escudos humanos, restricciones a la movilidad y familias que carecían de alimentos y servicios básicos.
En esa misma movilización participó el sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y una de las voces más activas en defensa de la paz. Meses después, su asesinato a balazos confirmó el riesgo que enfrentaban quienes alzaban la voz contra la violencia en la entidad.
El 15 de septiembre de 2024, durante la ceremonia del Grito de Independencia, el entonces gobernador Rutilio Escandón salió al balcón del Palacio de Gobierno para encabezar los festejos patrios. Sin embargo, en lugar de responder con los tradicionales “¡Viva!”, miles de chiapanecos lo increparon con un grito unánime: “¡Queremos paz!”, reflejando la desesperación y el hartazgo de la ciudadanía frente a la crisis de inseguridad.
Menos temor y más fiesta
Javier, habitante de Frontera Comalapa, comparte con orgullo dos fotografías de su pueblo y el programa de actividades que el Ayuntamiento difundió en redes sociales para las fiestas patrias, programadas del 13 al 16 de septiembre. “Ya la gente está más contenta, pueden salir en paz, sin miedo”, asegura, recordando que hace apenas un año era impensable vivir celebraciones abiertas en la región.
En la capital del estado, las autoridades también se han esmerado en rescatar el ambiente festivo. Calles de la Avenida Central, edificios del gobierno estatal y municipal, así como el Congreso local, fueron adornados con motivos patrios. En el Parque Central, frente al Palacio de Gobierno, decenas de trabajadores montaban un templete para recibir a los artistas de la cartelera musical, con la expectativa de que este año el festejo transcurra sin temor.
El secretario de Seguridad del Pueblo, Óscar Aparicio Avendaño, informó en entrevista que se han reforzado los operativos en todo Chiapas. Señaló que diariamente se realizan patrullajes e, incluso, sobrevuelos con un helicóptero artillado “Black Hawk” en municipios como Frontera Comalapa, Villaflores y Villacorzo, donde, aseguró, no se han registrado robos ni homicidios recientemente.
Contexto: De acuerdo con el funcionario, las cifras muestran una reducción de la violencia. Explicó que, en lo que va del mes, se han registrado nueve homicidios en el estado; de continuar con esa tendencia, cerrarían septiembre con 18 casos, frente a los 31 del mismo periodo del año pasado y los 90 de 2023. Con esos datos, afirmó que Chiapas se mantiene entre las entidades con menor incidencia delictiva en el país.
Finalmente, Aparicio destacó que en la franja fronteriza se mantiene coordinación con el Ejército mexicano y con las fuerzas armadas de Guatemala, a través de la llamada “Operación Espejo”. Hasta el momento, ninguno de los 124 municipios del estado ha cancelado las celebraciones patrias, incluido el tradicional “Grito” del 15 de septiembre.
