FUERZA ÉLITE

Harfuch y Sedena blindan a Sinaloa con grupo élite contra el crimen organizado

La Secretaría de la Defensa Nacional y el Gobierno de Sinaloa, anunciaron la creación de un cuerpo de élite de la Policía Estatal, conformado por 150 nuevos agentes que serán seleccionados y entrenados bajo estándares militares para enfrentar al crimen organizado.

Créditos: Cuartoscuro
Escrito en ESTADOS el

CULIACÁN, Sinaloa.– En una de las entidades más golpeadas por la violencia del narcotráfico, el Gobierno federal y el estatal anunciaron la conformación de un grupo élite dentro de la Policía Estatal, integrado por 150 nuevos agentes seleccionados bajo estándares militares y entrenados directamente por fuerzas especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Harfuch y Sedena blindan a Sinaloa con grupo élite contra el crimen organizado.

El anuncio fue encabezado por el titular de la Sedena, Ricardo Trevilla, y el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, quienes firmaron un convenio de reclutamiento y capacitación junto a autoridades sinaloenses en Culiacán.

De acuerdo con Trevilla, el proceso de selección será estricto; los aspirantes deberán aprobar pruebas físicas, médicas, psicológicas, toxicológicas, axiológicas y de control de confianza. Solo quienes acrediten todos los filtros tendrán acceso al adiestramiento especializado a cargo de instructores de la Guardia Nacional.

“Este cuerpo será de máxima confianza, porque sabemos que en Sinaloa no basta con tener agentes, necesitamos tener los mejores”, subrayó el general.

El secretario de Seguridad federal, García Harfuch, destacó que se entregaron 100 patrullas de última generación para reforzar la corporación estatal y dotar de movilidad a los operativos. “El fortalecimiento institucional es indispensable para garantizar seguridad a largo plazo”, afirmó.

Estrategia militar en Sinaloa

La Sedena informó que desde el 20 de julio se puso en marcha una nueva estrategia en la entidad que va más allá del reclutamiento. Como primer paso, militares ya ocupan puestos de mando en la Policía Estatal, un hecho inédito en la historia reciente de Sinaloa.

Además, se instalaron centros de monitoreo operados exclusivamente por personal castrense, con la finalidad de centralizar la inteligencia y evitar filtraciones de información hacia grupos criminales.

150 nuevos agentes seleccionados bajo estándares militares.

El despliegue también contempla el uso de armamento, vehículos blindados y equipo especializado que, hasta hace poco, estaba reservado para el Ejército. La policía estatal cuenta ahora con autorización para portar armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, lo que busca equilibrar la balanza frente al poder de fuego de los cárteles.

“Ya no se trata de enfrentar con pistolas a quienes traen fusiles de asalto. Hoy nuestra policía está equipada para responder con fuerza proporcional”, afirmó Trevilla.

Desde julio, la nueva estrategia se ha puesto a prueba con operativos en municipios clave como Culiacán, Navolato, Mazatlán, El Fuerte y la sindicatura de Quilá, territorios disputados por facciones del Cártel de Sinaloa.

Resultados inmediatos

Los resultados, según el Gobierno federal, son significativos. Entre el 1 de octubre y el 18 de agosto se reportan 1,615 detenidos por delitos de alto impacto, así como la incautación de 3,000 armas de fuego.

En materia de drogas, se aseguraron 64 toneladas de estupefacientes, incluidas más de una tonelada y un millón 800 mil pastillas de fentanilo, además del desmantelamiento de 105 laboratorios clandestinos utilizados para la producción de ese opioide sintético.

Solo en agosto, las fuerzas conjuntas realizaron 63 detenciones, decomisaron 117 armas de fuego y desarticularon cinco narcolaboratorios en distintas zonas rurales del estado.

Narcolaboratorios con fentanilo.

Estos golpes, señalaron las autoridades, no serían posibles sin la coordinación entre Sedena, Guardia Nacional y corporaciones estatales, así como la creación de equipos mixtos de inteligencia.

García Harfuch insistió en que la presencia militar dentro de la policía estatal no busca desplazarla, sino profesionalizarla y blindarla contra infiltraciones del crimen organizado, históricamente señaladas como una de las mayores debilidades en Sinaloa.

El secretario añadió que “es momento de dejar atrás la improvisación y apostar por corporaciones sólidas, con procesos claros y personal confiable”.

Un reto en tierra del narco

El lanzamiento de este grupo de élite ocurre en un contexto de recrudecimiento de la violencia en Sinaloa, donde la pugna entre los herederos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y la facción de Ismael “El Mayo” Zambada, ha intensificado los enfrentamientos.

Autoridades estatales reconocen que los municipios de Culiacán, Mazatlán y Navolato concentran la mayor parte de los hechos violentos, muchos de ellos ligados a disputas territoriales entre células del mismo cártel.

La creación de un cuerpo de élite dentro de la policía estatal, busca no solo enfrentar operativamente a estos grupos, sino también enviar un mensaje de recuperación institucional en un estado históricamente señalado por la penetración del narcotráfico en sus estructuras de seguridad.

El acompañamiento militar puede dar confianza inicial, el reto es la ética, advierten.

Expertos en seguridad advierten que la medida representa un avance, pero también un reto: “El acompañamiento militar puede dar confianza inicial, pero la clave será que los nuevos agentes mantengan independencia, ética y profesionalismo en el largo plazo”, señalaron.

Para el Gobierno federal, el éxito del modelo dependerá de blindar el proceso de reclutamiento y capacitación, evitando que el crimen organizado infiltre a los aspirantes o contamine las estructuras desde dentro.

A casi un año del endurecimiento de la guerra entre facciones del Cártel de Sinaloa, este grupo élite será puesto a prueba en un terreno donde, históricamente, las líneas entre autoridad y crimen han sido difusas.

Contexto: Esta noticia muestra un cambio estratégico en la manera en que el Estado mexicano enfrenta al crimen organizado en Sinaloa, uno de los territorios más complejos y violentos del país. La creación de un cuerpo élite bajo estándares militares y el acompañamiento directo de la Sedena, busca revertir años de desconfianza y filtraciones en las corporaciones locales, marcando un precedente en la coordinación entre autoridades estatales y federales. Además, refleja la urgencia de fortalecer la seguridad en una región clave para el trasiego de drogas sintéticas como el fentanilo, cuyo impacto trasciende fronteras y afecta la seguridad nacional e internacional.