Domingo Leal Medina, campesino, activista y ex candidato a la presidencia municipal de Ayala por el Partido Verde Ecologista de México, se encuentra desaparecido desde el pasado 25 de abril. Fue visto por última vez en su comunidad de origen, Tecomalco, en el municipio de Ayala, Morelos.
Leal Medina, de 59 años, ha sido una figura clave en la defensa del territorio en el oriente del estado. Integrante activo de la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos (APPM), es reconocido por su oposición al Proyecto Integral Morelos (PIM), que incluye una termoeléctrica, un gasoducto y un acueducto, así como por su lucha por la defensa de tierras ejidales afectadas por la autopista Siglo XXI.
La ausencia del activista ha movilizado a organizaciones sociales, que exigen a las autoridades estatales y federales redoblar los esfuerzos de búsqueda. De acuerdo con testimonios de familiares y compañeros, tras días sin noticias de su paradero, y con autorización de sus seres queridos, se presentó una denuncia formal ante la Comisión de Búsqueda de Personas de Morelos, la cual ya emitió una ficha oficial con su descripción y vestimenta al momento de la desaparición.
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La Fiscalía General del Estado también abrió una carpeta de investigación para dar seguimiento al caso.
Perfil y trayectoria
Además de su activismo, Domingo Leal fue candidato en el proceso electoral 2023–2024 por el Partido Verde en Ayala, lo que fortaleció su presencia en la región. Desde hace 19 años, ha participado en acciones de defensa del territorio, especialmente contra la expropiación de tierras para la autopista Siglo XXI.
Uno de los momentos más recordados fue en mayo de 2016, cuando encabezó un bloqueo de las obras para exigir el pago directo a los ejidatarios afectados. En esa ocasión denunció que el entonces alcalde Bernardo Sosa recibió más de nueve millones de pesos sin que se entregaran a los legítimos propietarios.
“Nosotros queríamos que el gobierno nos pagara directamente y no a otras personas que no tenían nada que ver. Nosotros éramos los afectados”, declaró entonces.
Exigen búsqueda urgente
Organizaciones sociales han acompañado la denuncia y difundido mensajes en medios comunitarios y redes, destacando la trayectoria de Leal Medina como defensor del territorio. Jorge Velázquez, vocero de la APPM, subrayó:
“Domingo siempre se mantuvo firme en la defensa de la tierra y en el rechazo a los proyectos que amenazan la vida comunitaria. Nunca dejó de alzar la voz. Por eso exigimos a las autoridades una búsqueda urgente y efectiva, con enfoque territorial y perspectiva de derechos humanos”.
La desaparición del activista ocurre en un contexto de conflictos agrarios persistentes en Ayala, donde comunidades afectadas por megaproyectos siguen demandando justicia y respeto a sus derechos.
¿Por qué este tema es importante?
Contexto: la desaparición de Domingo Leal Medina no puede entenderse como un hecho aislado. Ocurre en un país donde la defensa del territorio y del medio ambiente representa un riesgo constante y, muchas veces, una sentencia de muerte. México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en asesinatos de personas defensoras del medio ambiente, con 138 homicidios registrados entre 2019 y 2023, de acuerdo con la organización Global Witness. Solo en 2024 se reportaron 94 agresiones y 25 asesinatos, según el informe más reciente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
Más de la mitad de estas agresiones se concentraron en solo cinco estados: Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Puebla y Veracruz. Estos territorios, de alta riqueza ambiental y presencia indígena, han sido históricamente el escenario de conflictos entre comunidades campesinas y megaproyectos energéticos o extractivos. La violencia se multiplica en estos contextos, especialmente cuando las comunidades se oponen a obras impuestas sin consulta ni reparación de daños.
Uno de los datos más alarmantes del informe del CEMDA es que el Estado es señalado como el principal agresor en el 65.9% de los casos, seguido por empresas privadas y el crimen organizado. A pesar de que México es firmante del Acuerdo de Escazú, que obliga a proteger a personas defensoras del medio ambiente, su implementación ha sido débil y la mayoría de los crímenes permanecen impunes.
Casos como los asesinatos del sacerdote tzotzil Marcelo Pérez, del catequista Ignacio López y del comunicador Samir Flores Soberanes reflejan esta crisis. Todos fueron líderes comunitarios que defendían su tierra frente a proyectos extractivos o a la expansión del crimen organizado. Sus muertes siguen sin justicia y han dejado profundas heridas en sus comunidades.
El Proyecto Integral Morelos (PIM), al que Domingo Leal Medina se oponía activamente, representa precisamente ese modelo de desarrollo impuesto que ha generado despojo, división comunitaria y violencia. Aunque el proyecto fue concebido como infraestructura estratégica para la región, ha operado parcialmente, sin cumplir su promesa de desarrollo y afectando el acceso al agua y a la tierra en comunidades como las de Ayala.
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La defensa del territorio en México no es solo una causa ambiental: es una lucha por la vida, por la cultura, por la soberanía alimentaria y por el derecho de las comunidades a decidir sobre su futuro. La desaparición de Domingo, como la de tantos otros, evidencia la urgencia de una política pública efectiva que garantice la seguridad de quienes defienden los bienes comunes, así como una transformación profunda en la manera en que se concibe el desarrollo en el país.
JCVP
