Guadalajara, Jalisco.— El reclutamiento forzado de adolescentes y jóvenes por parte del crimen organizado se ha convertido en un patrón cada vez más frecuente en México, especialmente en estados como Jalisco, donde las redes delictivas utilizan falsas ofertas laborales, engaños por redes sociales y promesas de ingresos rápidos para captar víctimas en situación de vulnerabilidad.
Uno de los casos más recientes es el de Edgar Julián, de 20 años, y Héctor, de apenas 15, quienes fueron localizados este jueves en la Nueva Central Camionera de San Pedro Tlaquepaque tras haber escapado de una falsa oferta de trabajo en Sinaloa.
Los jóvenes llegaron la mañana de este jueves 3 de julio al módulo 7 de la central alrededor de las 6:00 horas y pidieron ayuda a elementos del grupo Andrómedas de la Policía Municipal. Según el testimonio de un agente, ambos señalaron que habían logrado huir tras semanas de haber sido engañados y reclutados con la promesa de empleo.
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Edgar Julián contaba con una ficha de desaparición emitida el 8 de mayo por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado, tras ser visto por última vez en la colonia Alamedas de Zalatitán, en Tonalá. Tras su localización, la ficha fue desactivada. Héctor, por su parte, no tenía reporte de desaparición.
Ambos quedaron bajo resguardo del Ministerio Público de Ciudad Niñez y de personal de la Comisión de Búsqueda de Personas de Jalisco, que dará seguimiento al caso. Las autoridades no han informado si se abrirá una investigación por el posible delito de reclutamiento forzado o trata de personas.
¿Por qué es importante este tema? Reclutamiento infantil al alza
Contexto: el caso de Edgar Julián y Héctor, los dos jóvenes jaliscienses que escaparon de una falsa oferta laboral en Sinaloa, se suma a una preocupante tendencia nacional: el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes por parte del crimen organizado. Según un reciente informe de la Subsecretaría de Derechos Humanos, este fenómeno se ha expandido en al menos 18 entidades del país, incluida Jalisco, donde grupos delictivos utilizan redes sociales, promesas de empleo y engaños para captar a menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Uno de los casos más emblemáticos se dio a conocer en marzo pasado, cuando autoridades federales detuvieron a José Gregorio “N”, alias “El Lastra”, presunto operador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), señalado como reclutador de jóvenes para actividades criminales. Según la SSPC, “El Lastra” utilizaba anuncios falsos en redes sociales para atraer a sus víctimas al centro de adiestramiento ubicado en Teuchitlán, Jalisco, mejor conocido como Rancho Izaguirre. Testimonios recogidos por las autoridades indican que quienes se negaban a colaborar eran privados de la vida.
Los menores y jóvenes reclutados por estas organizaciones son utilizados para una amplia gama de tareas: desde “halconeo”, distribución de drogas y cobro de piso, hasta delitos más graves como extorsión, secuestro o desaparición de personas.
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La ausencia de una legislación específica que tipifique el delito de reclutamiento de NNA en México complica la sanción de los responsables. Mientras tanto, miles de adolescentes continúan siendo blanco fácil para redes criminales que aprovechan la pobreza, el abandono y la falta de oportunidades para ampliar sus filas.
JCVP