Luego de cinco días de permanecer privados de su libertad, cuatro integrantes de la familia Pelcastre–Magallanes lograron escapar de sus captores y solicitar ayuda en una iglesia cristiana de la colonia Las Torres Parte Baja, en Tijuana, Baja California.
Christian Daniel Pelcastre, su esposa Dulce María Magallanes Cardoso y sus hijos Christian Daniel y Leonardo Tadeo fueron reportados como desaparecidos desde el pasado 4 de julio, tras ser vistos por última vez en una yarda que cuidaban sobre el bulevar Terán Terán.
Según informes oficiales, alrededor de las 21:00 horas del miércoles 9 de julio, los tres hombres y la mujer llegaron a la iglesia “Misión de Dios”, ubicada en la calle Eucalipto, donde solicitaron auxilio afirmando que habían escapado de una casa de seguridad donde los mantenían atados con cinchos y bajo condiciones violentas.
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Al sitio acudieron elementos de la Policía Municipal, quienes confirmaron que se trataba de la familia desaparecida. Posteriormente, la Fiscalía General del Estado (FGE) corroboró la identidad de los cuatro integrantes y confirmó que presentaban huellas de violencia, como laceraciones en las muñecas y golpes en la cabeza, por lo que fueron trasladados a un hospital para recibir atención médica.
Sin rescate ni indicios de autosecuestro
Antes del hallazgo, el caso fue denunciado por una de las hijas del matrimonio, quien alertó sobre la pérdida de contacto con sus padres y hermanos. La FGE descartó en ese momento un secuestro, al no haberse recibido llamadas de exigencia de rescate, pero tampoco consideró que la familia hubiera desaparecido por voluntad propia, dado que no habían establecido comunicación con ningún familiar.
Como parte de las primeras diligencias, el dueño del predio donde residía la familia –ubicado en una yarda de tráileres en la misma colonia Las Torres– informó que Christian Daniel Pelcastre era su trabajador desde hacía seis meses. También reportó el robo de un tráiler y una pipa, ambos recuperados por la autoridad el 5 de julio, un día después de la desaparición.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM) aseguró que la familia quedó bajo resguardo y protección. Por su parte, la FGE continúa con la investigación para localizar a los responsables del secuestro.
“La carpeta de investigación continuará en desarrollo y se informará por canales oficiales los avances del caso”, señaló la Fiscalía estatal.
¿Por qué es importante este tema?
Contexto: el escape de una familia secuestrada durante cinco días en Tijuana pone de relieve una de las principales paradojas en el registro oficial del delito en Baja California: mientras que los homicidios dolosos se mantienen en niveles críticos —la entidad ocupó el tercer lugar nacional en asesinatos durante junio y el primer semestre de 2025, con 162 y 910 víctimas respectivamente, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)—, los casos oficialmente reconocidos como secuestro son apenas tres carpetas de investigación abiertas entre enero y mayo.
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Este contraste sugiere una cifra negra considerable en los delitos de privación ilegal de la libertad, pues aunque las autoridades estatales inicialmente descartaron el secuestro en este caso —al no haberse solicitado rescate—, la familia presentó huellas claras de violencia y retención forzada. El hecho de que lograran escapar y no fueran liberados apunta a dinámicas criminales más complejas que pueden estar quedando fuera del radar estadístico.
JCVP