Tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el pasado 20 de enero, el Gobierno de México instaló una serie de megaalbergues en estados fronterizos para recibir a los cientos de mexicanos deportados que se preveían con la llegada del magnate republicano.
De acuerdo con la delegada regional de Bienestar, Mayra Chávez, desde que comenzó a operar el Centro de Atención a Migrantes de Ciudad Juárez, Chihuahua,—instalado en esta frontera el 20 de febrero— se ha recibido a poco más de 3 mil 100 connacionales repatriados desde EU.
Esto indica que el número de deportaciones se ha mantenido en niveles similares a los registrados durante la administración de Joe Biden, con un promedio diario de 32 migrantes. La diferencia es que ahora son enviados directamente al albergue en Ciudad Juárez, donde no se les permite salir ni tener contacto con personas del exterior, ya que en poco tiempo son trasladados a sus estados de origen.
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Son paisanos que, por distintas circunstancias, fueron detenidos por autoridades estadounidenses, pero que encontraron en este centro un espacio donde se les brinda comida, techo, agua potable, atención médica, acceso a comunicación, servicios sanitarios y otros apoyos básicos para que, al regresar al país, no tengan que empezar desde cero.
Entre los beneficios se ha mencionado la entrega de la “tarjeta paisano”, con un apoyo de aproximadamente 2 mil pesos, y, si lo desean, la opción de recibir transporte gratuito a sus lugares de origen. Sin embargo, para algunos migrantes que aún permanecen en el albergue, la experiencia no difiere mucho de la vivida bajo custodia en EU.
Contexo: desde su regreso a la presidencia en enero de 2025, Donald Trump ha retomado una agenda migratoria de línea dura, impulsando deportaciones masivas a través de órdenes ejecutivas y operativos especiales. Una de sus principales acciones fue firmar la Orden Ejecutiva 14159, que refuerza las expulsiones rápidas, niega fondos a las ciudades santuario y amplía la cooperación entre autoridades locales y federales para la detención de migrantes.
También ha utilizado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para justificar la deportación de ciudadanos venezolanos presuntamente ligados al crimen organizado, lo que ha generado fuertes críticas por violaciones al debido proceso. Además, el gobierno de Trump activó la llamada “Operación Safeguard”, que consiste en redadas masivas en ciudades como Los Ángeles y Chicago.
Se sentían presos en EU
Migrantes que esperaban su turno para usar uno de los teléfonos fijos instalados en el megaalbergue por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) compartieron parte de la historia que los llevó hasta esta frontera.Según las autoridades, el centro recibe a unas 30 personas por día; pasan una noche en el lugar y posteriormente son enviados a sus estados de origen.
Al hablar sobre su tiempo detenidos en EU, los migrantes relataron que, durante todo el periodo, permanecieron encadenados y bajo constante vigilancia: “parecíamos robots, nos monitoreaban cada movimiento”, recalcó uno de ellos.
Ramiro, quien viste una camiseta negra y es originario de Jalisco, vivió durante 20 años en Sacramento, junto con su esposa —residente legal— que ya había iniciado los trámites migratorios para regularizar su estancia en EU.
Ya había llegado antes a esta frontera, para presentarse a una cita en el Consulado General de Estados Unidos con el fin de gestionar su residencia, pero la solicitud fue rechazada.
Desesperado, intentó cruzar de nuevo, esta vez de manera ilegal, pero fue detenido de inmediato por las autoridades migratorias, quienes lo mantuvieron preso durante 12 largos días.
Por su parte, Carlos —que viste una playera azul de los “Chicago Cubs”— nació en Torreón, Coahuila, aunque su vida la hizo en Manzanillo, Colima. Anteriormente había trabajado en la unión americana, y con el propósito de saldar deudas, decidió regresar en busca de ingresos rápidos.
Sin embargo, también fue detenido durante su intento de cruce y pasó 11 días en un centro de detención.
Ambos migrantes llegaron la noche del 27 de mayo a esta frontera únicamente con sus identificaciones, ya que sus celulares y demás pertenencias quedaron bajo resguardo de las autoridades estadounidenses.
En Ciudad Juárez, no pueden salir
Sobre su estancia en Juárez, señalaron que les hablaron de los servicios disponibles, pero no les explicaron con claridad qué podían hacer o no dentro del recinto.
Enfatizaron que, al llegar, se les advirtió que si salían del lugar perderían automáticamente todos los beneficios ofrecidos. Ni siquiera podían ir a una tienda o caminar por los alrededores; debían permanecer dentro.
“Es como si siguiéramos presos”, comentaron.
Contaron que solo se les facilitó la obtención de la credencial de elector. Otros documentos, como acta de nacimiento, CURP o certificado de estudios —necesarios para uno de ellos— no estaban disponibles, y por ello no podía acceder a un empleo.
Carlos mencionó que por ahora está incomunicado, ya que no tiene su celular y no puede contactar a la familia que tiene en Juárez.
Para ambos, la única opción es esperar el transporte que los lleve de regreso a sus lugares de origen. No saben cuándo saldrá, hacia dónde va ni en qué vehículo serán trasladados. “Entre hoy y mañana, es todo lo que nos han dicho”.
Sin embargo, estar aquí afuera, sintiendo el aire, pisar su tierra, ver el sol y caminar libremente, ya es un alivio: “aquí de perdido podemos ver el sol, el cielo, sentir el aire, esto es vida, es libertad, allá ni eso teníamos, y ya con eso es mejor que allá”, concluyeron.
*Los nombres de los migrantes se modificaron para proteger su identidad.
Tamaulipas, Sonora y BC concentran más del 60% de los mexicanos deportados
Durante los primeros cuatro meses de 2025, un total de 43,279 personas mexicanas fueron repatriadas desde Estados Unidos, según cifras oficiales del Gobierno Federal. Tamaulipas, Sonora y Baja California fueron las entidades que más concentraron estos retornos, al acumular juntas más de 26 mil casos, es decir, el 60.2% del total nacional.
El punto con mayor recepción fue el ubicado en Nuevo Laredo II “Juárez-Lincoln”, Tamaulipas, con 5,172 repatriaciones; seguido de Tijuana, Chaparral en Baja California, con 5,969; y Nogales Uno, Sonora, con 5,901.
Otros puntos clave
- Chihuahua registró 5,290 repatriaciones, principalmente por Ciudad Juárez.
- Chiapas y Tabasco aparecieron con fuerza a partir de febrero, con 4,215 y 2,817 retornos respectivamente, a través de aeropuertos en Tapachula y Villahermosa.
- En el caso del AIFA, en el Estado de México, se documentaron 2,193 repatriaciones en enero y febrero, pero no hubo registros en marzo ni abril.
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Aunque en enero se registró el mayor número de retornos (14,319), los meses posteriores mostraron una reducción, con una leve recuperación en abril (10,742).
JCVP
