La espiral de violencia provocada por grupos de la delincuencia organizada no cesa en Acapulco, Guerrero. De enero a la fecha, al menos 30 transportistas y 12 comerciantes han sido asesinados, la mayoría en ataques directos en la vía pública o en sus centros de trabajo, lo que mantiene bajo amenaza al sector transporte y al pequeño comercio.
El puerto, considerado cuna del turismo en México, está asediado por células criminales locales que han extendido sus ataques a choferes de taxis, colectivos, camiones urbanos, urvans y trabajadores del centro de la ciudad.
Los episodios más recientes contra ambos gremios ocurrieron este miércoles 25 de junio, cuando un matrimonio fue atacado a balazos dentro de su local de venta de mochilas en la calle Humboldt. El hombre murió en el lugar y la mujer resultó gravemente herida.
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Paralelamente, sujetos armados a bordo de una motocicleta asesinaron al conductor de la unidad 5931 de la ruta Centro-Santa Cruz. El ataque ocurrió en plena avenida Constituyentes, frente a los pasajeros. A diferencia de años anteriores, cuando los transportistas suspendían el servicio en protesta por los ataques, hoy guardan silencio, probablemente por temor.
Incendios, ejecuciones y silencio forzado
El fin de semana pasado, hombres armados incendiaron dos locales sobre la calzada Pie de la Cuesta, frente al panteón San Francisco. En ese mismo punto, pero una semana antes, el 15 de junio, un chofer de Urvan de la ruta San Isidro fue asesinado, y una camioneta repartidora de materiales para construcción fue también incendiada.
Pero además este fin de semana la violencia contra transportistas en Acapulco se intensificó. Un camión urbano de la ruta Garita fue incendiado con al menos cuatro personas dentro; los cuerpos quedaron calcinados. También se reportaron dos taxis quemados y otro más abandonado con un presunto artefacto explosivo en su interior.
La violencia contra transportistas es tal que, incluso, el 16 de abril, el chofer del taxi colectivo amarillo número A-326, quien participó en un bloqueo para exigir un alto a los ataques, fue ejecutado horas después de la manifestación.
La misma jornada violenta incluyó el asesinato de una trabajadora de una tortillería en la colonia La Mira. El negocio fue incendiado tras el ataque. Ese día, una mujer y un hombre también fueron asesinados en una miscelánea cerca de la avenida Costera.
Denuncian extorsión dentro de la Policía Vial
En medio de este escenario, elementos de la Policía Vial de Acapulco denunciaron que sus mandos les exigen pagos de entre 15 y 25 mil pesos para poder operar las nuevas patrullas y motocicletas entregadas por el gobierno municipal.
Según los testimonios, si no pueden pagar la cuota, se les asigna una motocicleta vieja, y aun así deben cubrir un “mantenimiento” bajo amenaza de no salir a patrullaje.
El 16 de abril, la alcaldesa Abelina López Rodríguez entregó nuevas unidades para tareas de prevención del delito. Sin embargo, en un documento titulado "Denuncia por actos de corrupción en la Dirección de la Policía Vial", los agentes acusan al director Manuel Cerón Velázquez y al jefe operativo Alberto Solís de imponer cuotas por turno para el uso de patrullas.
Los denunciantes señalan que, ante la falta de recursos para pagar esas cuotas, la mayoría de las nuevas patrullas siguen sin circular.
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Por ello, exigieron que se inicie una investigación inmediata contra Cerón Velázquez y Solís por presuntos actos de corrupción, que se garantice la protección de los elementos que decidan declarar o aportar pruebas para evitar represalias, y que se informe públicamente sobre el destino y manejo de los recursos asignados a la seguridad vial.
JCVP
