En menos de 24 horas, siete personas fueron asesinadas en distintos puntos del municipio de Acapulco, Guerrero, en hechos relacionados con la disputa entre grupos del crimen organizado vinculados al transporte público. En al menos cinco de los casos, las víctimas fueron desmembradas.
La noche del jueves, un taxi de los conocidos como “rojos”, perteneciente a una ruta alimentadora, fue abandonado frente a una plaza comercial en la colonia Vacacional, en la zona conurbada. En su interior fueron hallados cinco cuerpos desmembrados —cuatro hombres y una mujer—. La autoría del crimen fue adjudicada a un grupo delictivo identificado como “Los Rusos”.
Horas más tarde, cerca de las 13:00 horas, en la carretera Acapulco–Pinotepa, a la altura del poblado La Sabana, fue localizado un taxi colectivo de los llamados "amarillos" de la ruta Ciudad Renacimiento-La Sabana con dos cadáveres en la cajuela.
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Incendian urvan en Acapulco
Durante la mañana del viernes, un vehículo tipo urvan de la ruta Pie de la Cuesta fue incendiado en la calle Aldama, en una zona céntrica del puerto. Según testimonios, hombres armados interceptaron la unidad, obligaron a descender al conductor y a los pasajeros, y posteriormente le prendieron fuego.
Este es el segundo vehículo de la misma ruta incendiado por civiles armados en menos de una semana. Las fuerzas de seguridad acudieron al lugar, pero no lograron detener a los responsables.
Autoridades locales y federales han iniciado investigaciones sobre estos hechos, que afectan directamente a usuarios y operadores del transporte público en la ciudad.
Crisis en el transporte público de Acapulco por violencia del crimen organizado
Contexto: en Acapulco, la violencia contra transportistas ha provocado la suspensión de rutas en varias colonias. Al menos 26 operadores de taxis y urvans han sido asesinados en los últimos meses; además, se han incendiado unidades como método de presión.
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Grupos criminales extorsionan a los conductores, exigiéndoles cuotas o usándolos para transportar drogas y armas. Muchos choferes se niegan y son atacados. La población sufre la falta de transporte y el temor constante a nuevos ataques, mientras las autoridades implementan operativos de vigilancia y han detenido a presuntos extorsionadores.