Ángel César Alarcón Rivera fue nombrado nuevo director del Centro Penitenciario de Aguaruto, luego de la renuncia de Miguel Ángel Alarcón, presentada el pasado 3 de junio.
La vocera de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Verona Hernández Valenzuela, confirmó el relevo y aclaró que la salida del exdirector respondió a una decisión personal, sin relación con los hechos violentos ocurridos recientemente en el penal.
Alarcón Rivera es teniente coronel de infantería en retiro, egresado del Heroico Colegio Militar (generación 1984-1988) y cuenta con una licenciatura en Administración de Empresas. Ha formado parte del Estado Mayor Presidencial y más recientemente se desempeñó como coordinador de agrupamientos policiales en la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán.
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Penal bajo vigilancia tras riñas y hallazgos
Las autoridades continúan con inspecciones internas en el penal como parte de un programa permanente para prevenir el ingreso de objetos prohibidos. Hernández Valenzuela señaló que se analizan nuevos relevos en el centro penitenciario tras las recientes irregularidades.
El 21 de mayo se registró un enfrentamiento entre personas privadas de la libertad, lo que derivó en operativos conjuntos entre fuerzas estatales y federales. En dichas revisiones se encontraron armas blancas, drogas, teléfonos celulares y un túnel clandestino, lo que evidenció graves fallas en los controles internos.
Los operativos más recientes, encabezados por la Guardia Nacional y el Ejército, han permitido asegurar teléfonos móviles, cargadores, sustancias con características de droga, utensilios modificados y herramientas de posible uso para evasión o agresiones.
Uno de los hallazgos más alarmantes fue la localización de un túnel clandestino, lo que refuerza las sospechas sobre una posible red de corrupción interna. La Secretaría de Seguridad Pública mantiene abierta una investigación para esclarecer la posible participación de personal del penal en estas irregularidades.
El gobierno estatal evalúa una reestructuración mayor del sistema penitenciario en Sinaloa como parte de una estrategia integral de seguridad.
Fugas, motines y asesinatos: el historial del penal de Aguaruto
El Centro Penitenciario de Aguaruto, oficialmente llamado Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito de Culiacán, en Sinaloa, ha sido durante más de dos décadas escenario de fugas espectaculares, motines violentos, asesinatos y una crisis estructural persistente. Su historial refleja un modelo de autogobierno carcelario sostenido por corrupción institucional y una débil autoridad penitenciaria.
Uno de los episodios más recordados ocurrió el 17 de octubre de 2019, durante el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán López, conocido como el “Culiacanazo”. En ese contexto, al menos 51 internos se fugaron sin que las autoridades lograran contener la evasión. Hasta 2024, sólo ocho habían sido recapturados, según cifras oficiales.
Otro caso relevante tuvo lugar el 16 de marzo de 2017, cuando Juan José Esparragoza Monzón, alias “El Azulito” e hijo de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, escapó junto con otros cuatro reos de alta peligrosidad. La fuga se ejecutó sin violencia, lo que evidenció las facilidades internas que permiten al crimen organizado operar desde el penal.
En mayo de 2014, tres operadores del mismo cártel escaparon a través de un túnel de más de 700 metros. En julio de 2018, dos reos se disfrazaron de custodios, cruzaron sin obstáculos la caseta de vigilancia y desaparecieron. En agosto de 2022, otro interno se evadió desde el Hospital General de Culiacán, a donde había sido trasladado para una cirugía.
Lo más reciente: balacera al interior del penal de Aguaruto
El evento más reciente ocurrió el miércoles 21 de mayo de 2025, cuando se registró una balacera dentro del penal. Aunque reportes extraoficiales hablaban de al menos 10 muertos, la Secretaría de Seguridad Pública informó que, tras las revisiones, no se localizaron personas muertas ni heridas.
Las detonaciones comenzaron poco después del mediodía en uno de los módulos de alta peligrosidad. La revisión posterior reveló la existencia de un túnel de 15 metros excavado al interior del penal, presuntamente con fines de fuga o contrabando.
Durante el operativo encabezado por el Grupo Interinstitucional, conformado por fuerzas estatales y federales, se aseguraron 11 rifles de asalto, 14 armas cortas, granadas, explosivos, drogas, 42 celulares, una antena de internet satelital Starlink y dinero en efectivo.
También se reportó la desaparición de un pastor evangélico que ofrecía servicios religiosos a los internos.
Diversas fuentes internas sostienen que el incidente se originó por disputas de control entre grupos delictivos y como intento de encubrir actividades ilícitas, posiblemente relacionadas con el túnel localizado.
¿Qué hallaron dentro del penal?
Durante la inspección, se aseguró un arsenal en poder de los internos:
- 5 fusiles AK-47 calibre 7.62 x 39 mm
- 5 fusiles AR-15 calibre 5.56 x 45 mm
- 1 subametralladora P90, calibre 5.7 mm
- 14 armas cortas de distintos calibres: 9 mm, .38 Súper y .45
- 28 cargadores para AK-47
- 11 cargadores para AR-15
- 3 cargadores de disco para fusiles
- 47 cargadores para pistolas
- 3 cargadores para P90
- 1 granada de mano
- 3 artefactos explosivos improvisados
También se decomisaron sustancias ilegales, entre ellas:
- 181 dosis de polvo blanco, presuntamente cocaín
- 8 bolsas con hierba verde y 133 dosis de la misma sustancia, al parecer marihuana
Además, las autoridades incautaron dispositivos electrónicos que revelan un control operativo dentro del penal:
- 42 teléfonos celulares
- 1 tableta electrónica
- 1 laptop
- 7 módems de internet
- 1 antena Starlink para conexión satelital
- 22 radios de comunicación
Violencia histórica
La violencia dentro del penal ha sido constante. En 2010, seis internos fueron apuñalados y degollados por otros reos. El 2 de noviembre de 2015, un tiroteo dejó dos muertos y siete heridos. El 8 de julio de 2016, un reo fue colgado en el patio del módulo 9, mientras que otra riña con armas punzocortantes dejó dos heridos.
En febrero de 2019, se escucharon disparos sin que se encontraran armas durante la inspección. En diciembre de 2020, una fiesta no autorizada terminó con varios internos muertos, según reportes internos.
El 2 de diciembre de 2024, un nuevo tiroteo dejó un muerto y tres heridos dentro de los módulos.
Los hallazgos de armamento militar, explosivos caseros, drogas, celdas de lujo, conexiones satelitales y túneles han sido constantes durante las inspecciones. Las autoridades han reconocido la existencia de privilegios para ciertos internos y corrupción entre el personal, con frecuentes cambios en la dirección del penal, varios de ellos vinculados a actos de complicidad con grupos delictivos.
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El penal de Aguaruto ha sido señalado por organismos de derechos humanos, medios de comunicación y autoridades federales como uno de los centros de reclusión más peligrosos del país. A pesar de los múltiples operativos, la estructura sigue funcionando bajo esquemas de autogobierno, lo que facilita tanto las fugas como los homicidios al interior.
JCVP