Contrario a lo esperado, los primeros 100 días del gobierno de Donald Trump no trajeron las temidas deportaciones masivas a la frontera de Baja California, donde el gobierno mexicano habilitó con anticipación dos centros de recepción para connacionales repatriados.
En Tijuana, uno de esos centros comenzó a operar desde el 25 de enero con capacidad para 2,600 personas, pero hasta ahora ha recibido poco más de 3,500 deportados en total. En la jornada más reciente, apenas siete personas llegaron al sitio, informó Mónica Vega Aguirre, representante del gobierno estatal en el centro, donde colaboran los tres niveles de gobierno.
Contexto: Las cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) muestran una disminución notable en las deportaciones durante los primeros meses del año: 2,756 en enero y 1,311 en febrero, lo que representa una caída del 60% respecto al mismo periodo de 2024, cuando se registraron 9,909 deportaciones.
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Durante su segundo mandato, Trump ha reiterado su intención de ejecutar una de las campañas de deportación más agresivas en la historia de Estados Unidos. En discursos recientes, ha prometido llevar a cabo una operación masiva inspirada en el modelo de la “Operación Wetback” de 1954 y ha declarado que “no tiene otra opción” más que iniciar deportaciones a gran escala. Incluso invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para facilitar expulsiones rápidas sin procesos judiciales prolongados.
Centros de tránsito sin tránsito
De acuerdo con la representante del gobierno estatal del centro de Tijuana, en esta ciudad más de la mitad de los deportados pernoctó entre una y tres noches, aunque algunas familias permanecieron hasta seis días. Si bien no hay un límite de estancia, las autoridades han enfatizado que el lugar no es un albergue permanente, sino un centro de tránsito y apoyo.
“En el caso de Tijuana no ha habido un incremento. Hace una o dos semanas surgió un rumor de que ya había cerrado, pero no es cierto”, aclaró Vega Aguirre. El centro, ubicado en el salón social Flamingos, comparte espacio con la Guardia Nacional y ha sido poco utilizado, lo que dio pie a esas especulaciones.
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Vega precisó que no hay instrucciones para suspender el servicio, que incluye alimentación, dormitorios, regaderas y trámites oficiales. “Sé que hay una evaluación constante por parte de Gobernación, y estamos a la espera de cualquier instrucción”, añadió.
En Mexicali, el punto de recepción atendió a poco más de 200 personas entre febrero y abril, según reportó Jaime Rojo, director regional de los Programas para el Bienestar.