Sinaloa vive su año más crítico en materia de desaparición de personas. Entre enero y octubre de 2025, el estado registró 1,023 reportes oficiales, una cifra sin precedentes en el registro reciente y que duplica ampliamente el total del año anterior.
Los datos provienen del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), que sistematiza la información del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Este incremento se inscribe en una tendencia que comenzó a observarse desde 2024, pero que este año escaló a niveles que no se habían documentado en más de un lustro.
El repunte se hace visible mientras cinco jóvenes —cuatro de ellos menores de edad— fueron reportados como desaparecidos en Culiacán y Mazatlán durante las últimas tres semanas. Las fichas emitidas por la Fiscalía General del Estado y la Comisión Estatal de Búsqueda reflejan el ritmo reciente de los reportes y la ausencia de información pública sobre el estado de las investigaciones.
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Ninguno ha sido localizado y, hasta el momento, no existe confirmación de líneas de investigación, operativos específicos o hipótesis que relacionen los casos entre sí.
El primero de ellos, Darshan Emiliano López Benítez, desapareció el 15 de noviembre en Culiacán.
Un día después se reportó la desaparición de Iris Nohemí Cruz Cuadras, de 14 años, en Mazatlán.
A estos casos se sumó el de Andrea Lizeth López Lara, de 17 años, vista por última vez el 27 de noviembre en la capital del estado.
El 1 de diciembre, la Comisión Estatal de Búsqueda emitió la ficha de Eunice Abigail Garnica Rojo, de 11 años, quien desapareció junto con su madre en la misma ciudad.
Tres días después fue reportado Michel de Jesús Valdez Soto, de 17 años, también en Culiacán.
En todos los expedientes, las autoridades solo han hecho públicas las fichas de búsqueda, sin comunicar avances operativos, hipótesis o resultados preliminares.
Desapariciones aumentan sin control
Las desapariciones recientes ocurren en un contexto estadístico que muestra una aceleración sostenida. De acuerdo con la serie histórica del CESP, Sinaloa registró 304 desapariciones en 2020, 323 en 2021, 219 en 2022, 303 en 2023 y 486 en 2024. Si bien el año pasado representó el primer aumento relevante tras un periodo de estabilidad, 2025 rompe con cualquier patrón previo.
La cifra de más de mil personas desaparecidas en solo 10 meses coloca al estado en su nivel más alto desde que el organismo depura los datos del RNPDNO para análisis local.
Colectivos de búsqueda señalan que el aumento en los reportes no se ha acompañado de un fortalecimiento de la respuesta institucional.
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Sabuesos Guerreras, Madres Buscadoras de Sinaloa y Las Rastreadoras de El Fuerte coinciden en que las familias continúan enfrentando dificultades durante las primeras horas posteriores a la denuncia, pese a que la ley establece búsqueda inmediata.
Las organizaciones también destacan la falta de información periódica sobre el avance de los expedientes y la ausencia de reportes públicos que permitan identificar patrones o tendencias dentro de los casos recientes.
La mayoría de las desapariciones registradas este año se concentra en zonas urbanas. En Culiacán, los reportes se han multiplicado en sectores del norte de la ciudad, en el corredor de Bachigualato y en áreas del centro-oriente.
En Mazatlán, las colonias Juárez y fraccionamientos aledaños han sido señalados como puntos recurrentes por colectivos que acompañan a familias en la difusión de fichas y en las búsquedas en campo. En Los Mochis, los reportes se concentran principalmente en la zona centro.
Las desapariciones de adolescentes durante trayectos cortos, visitas a comercios, traslados escolares o reuniones con amistades se han vuelto uno de los patrones más repetidos en las fichas registradas durante los últimos meses.
A pesar del aumento sostenido, la Fiscalía General del Estado no ha hecho públicos informes que expliquen el incremento de 2025.
Tampoco se han ofrecido detalles sobre el estado de los expedientes de los cinco jóvenes reportados durante noviembre y diciembre. Las familias han mantenido acciones de búsqueda independientes y han solicitado reuniones con autoridades estatales y federales para conocer avances y reforzar los mecanismos de reacción inmediata.
Con más de mil personas desaparecidas en diez meses y cinco casos recientes sin resolver, Sinaloa enfrenta un cierre de año marcado por la incertidumbre y por un fenómeno que, según los datos oficiales disponibles, crece más rápido que la capacidad institucional para responder.
El estado no ha tenido un registro tan alto de desapariciones en la última década, y las organizaciones civiles anticipan que la cifra de 2025 podría aumentar una vez que se incorporen los reportes de noviembre y diciembre al RNPDNO.
kach
