MÚSICA BAJO VETO

Expertos y jóvenes debaten la prohibición de narcocorridos en Querétaro

Quince municipios de Querétaro ya modificaron sus reglamentos para prohibir los narcocorridos, mientras especialistas y jóvenes cuestionan si la medida representa censura, clasismo o un esfuerzo por promover una cultura de paz

Escrito en ESTADOS el

Querétaro, Qro.– Al menos 15 municipios del estado de Querétaro ya modificaron sus reglamentos para prohibir los llamados narcocorridos, anunció Eric Gudiño Torres, secretario de Gobierno. La noticia recorrió las calles y redes, pero no todos la recibieron de la misma manera.

Valentina tiene 23 años y nació en Querétaro. Habla con firmeza, con la mirada que busca comprensión y no confrontación. “¿Qué sigue?”, se pregunta en voz baja, casi para sí misma, mientras repasa la noticia en su teléfono. “¿Prohibir que usemos minifaldas?” Su tono mezcla incredulidad con una pequeña sonrisa que no logra ocultar el nerviosismo. Para ella, restringir un género musical abre la puerta a otras prohibiciones, a un control que invade decisiones personales.

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“Las letras del reguetón también hacen apología de la violencia”, continúa. “Muchas canciones de nuestros líderes regionales lo hacen a través de las rancheras, y no por eso se prohíben. Me parece absurdo que con los corridos se haga esta propuesta”. Su voz refleja la mezcla de frustración y desconcierto de quien ve la libertad de expresión limitada en nombre de la seguridad.

Lourdes Cota, comunicadora social, tiene otra perspectiva. Aunque nació en Sinaloa, cuna de muchos corridos, lleva más de una década viviendo en Querétaro y ve la medida estatal como un paso necesario. Sus palabras son pausadas, pero firmes: “Esas canciones no representan una cultura de paz, sino todo lo contrario. No está bien que la juventud crea que ese es el modelo que necesita seguir”.

Para Lourdes, la prohibición es una advertencia a los jóvenes que confunden la música con un modo de vida. “Hay muchos que piensan que necesitan escuchar estas letras para entender la cultura. Lo que necesitamos es otra cosa: una cultura de paz, de amor”, dice.

El secretario de Gobierno, Eric Gudiño Torres, informó que 15 municipios del estado ya modificaron sus reglamentos para prohibir narcocorridos. Foto: Cuartoscuro.

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 6, se reconoce que toda persona tiene derecho a la libertad de expresión, entendida como la facultad de buscar, recibir y difundir información e ideas de cualquier índole, sin que pueda haber censura previa. Este derecho protege tanto a los ciudadanos como a los medios de comunicación, pero también establece que no puede utilizarse para vulnerar la ley, la moral, los derechos de terceros o la seguridad pública, estableciendo un equilibrio entre la libertad individual y la responsabilidad social.

Eric Gudiño Torres, secretario de Gobierno, señaló que este avance es parte de los acuerdos que se impulsaron desde la administración estatal para evitar la promoción de la violencia y la apología del delito en espectáculos y presentaciones públicas.

“Prácticamente 15 municipios en este momento ya tienen un acuerdo, hay otros dos que están pendientes nada más de subirlo a sus ayuntamientos para poderlo aprobar”, explicó el secretario de Gobierno.

¿Censura o clasismo?

“Ese desprecio y esa censura a veces se interpreta como algo clasista porque al final estos productos musicales sí son la cultura popular, es decir, representan a las comunidades desposeídas”, explica Ingrid Arguelles, académica chilena especialista en narcocultura, en entrevista para La Silla Rota.

"Al final estos productos musicales sí son la cultura popular, es decir, representan a las comunidades desposeídas”, explica Ingrid Arguelles, académica chilena.

Arguelles recuerda que los corridos “tienen sus orígenes en los narcocorridos que a su vez vienen de los corridos y de la música regional mexicana, que es la música popular del norte de México. Entonces, al despreciar esos productos se hace una crítica clasista sobre el gusto musical de una región en particular”.

Hay un elemento importante que subraya la académica: “No existe un estudio que pruebe que realmente existe un vínculo entre escuchar un corrido o ver una película o leer un libro y convertirse en un narcotraficante, es pura especulación”.

Para la académica chilena, es absurdo criticar a los artistas que están representando lo que están viendo. “En el fondo no podemos ser tan cínicos de decir este artista es horrible y no lo queremos ver porque la realidad ya está ahí y los músicos están cantando sobre lo que ven”.

Si es por censurar a productos de la mafia, “¿...entonces vamos a censurar a Breaking Bad, a Los Sopranos y a todas las películas sobre mafia?” se cuestiona la académica chilena Ingrid Arguelles y si la gente responde que ‘esos sí son buenos productos’, entonces confirma sus sospechas; que la discusión sobre la narcoestética en la música es clasista. 

“Sí es clasista porque estamos viendo que hay algunas personas con predilección hollywoodense que se creen con una estética superior” y por eso estos productos artísticos como los corridos para gente de este perfil, no merecen considerarse arte “porque en el fondo los consideran chafas”. Si es así, Arguelles vuelve advertir lo que planteó desde el inicio de la entrevista; que entonces hay que tener mucho cuidado “porque son críticas que se basan en la moral, el buen gusto y el clasismo estructural”.

Mauricio Suárez, profesor de Comunicación y Cultura de la Universidad Anáhuac de México, dice para La Silla Rota que si bien es cierto que la cultura es algo vivo y en constante transformación, el problema es cómo los límites se van haciendo cada vez más laxos en aras de sostener intereses comerciales de los grandes corporativos musicales.

“Si tu tomas en cuenta el contenido altamente violento hacia la mujer en los corridos y otros artistas presentes en algunos de los géneros musicales de moda, podrás darte cuenta que hay límites que podemos preguntarnos si deberían ser tolerados”.

Dos municipios alistarán cambios en próximos días

De acuerdo con Gudiño Torres, los municipios de Amealco y Pedro Escobedo están en la fase final para concretar la modificación a sus reglamentos, por lo que se prevé que en los próximos días queden alineados con la disposición estatal.

Las autoridades de ambas demarcaciones ya se comprometieron a someter a consideración del cabildo las modificaciones que permitirán prohibir la ejecución de narcocorridos en eventos públicos, ferias y espacios municipales.

Con estas reformas, se busca homologar la política estatal que pretende restringir la difusión de expresiones artísticas vinculadas con la exaltación de la delincuencia organizada.

Cadereyta aún sin modificaciones

El único municipio que permanece rezagado en el cumplimiento es Cadereyta de Montes, el cual, a pesar de haber manifestado su disposición inicial para aprobar la reforma, todavía no ha hecho efectiva la modificación en su reglamento.

“Nosotros ya le notificamos, de hecho en su momento previamente un servidor habló con el secretario de Gobierno del municipio. Habían dicho que sí se iba a aprobar, pero al final de cuentas el municipio es autónomo y serán ellos los que decidan”, puntualizó Gudiño Torres.

La autonomía municipal, subrayó, impide que el gobierno estatal pueda imponer directamente la modificación, por lo que se mantiene el llamado al cabildo de Cadereyta para avanzar en el tema.

En tanto, el gobierno del estado insistió en que la medida no busca limitar la libertad de expresión, sino impedir que los narcocorridos sean utilizados como vehículos de apología a la violencia y la delincuencia organizada en los espacios públicos de Querétaro.

Contexto: El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, emitió un decreto que prohíbe de manera tajante la interpretación o reproducción de música que glorifique la violencia, promueva la apología del delito o exalte la cultura del crimen en espacios públicos. La medida aplica en plazas, auditorios, estadios, centros de espectáculos, ferias y cualquier otro lugar de acceso público en el estado.

El mandatario estatal anunció la disposición a través de un mensaje en redes sociales, donde explicó que la finalidad es proteger los valores de la sociedad queretana, especialmente de niñas, niños y jóvenes, quienes están más expuestos a los mensajes que transmiten ciertos contenidos musicales. Con ello, la administración busca evitar que la violencia y la cultura del crimen se normalicen entre la población más vulnerable.