Catalina es una mujer maya originaria de Peto que, desde hace dos años, cruzó la frontera de México con Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Se instaló en San Francisco, donde trabaja en un restaurante de comida yucateca. Sin embargo, con la toma de protesta del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reavivaron sus miedos de ser deportada.
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“He visto muchas cosas en cuestión de que ya empezaron a deportar gente, y lo poco o mucho que tengas se queda, te vas con lo que tienes. Y si ahorras un poco porque decides no enviar todo tu dinero, aquí se queda”, comentó.
Catalina, como muchas otras personas migrantes, vive con la incertidumbre de su situación en Estados Unidos. Por su mente atraviesa la idea de regresar a su pueblo en Yucatán. Teme que su seguridad se vea comprometida con las nuevas políticas migratorias.
“Me asombra el apoyo de personas latinas y de los propios yucatecos. Conozco a personas de Yucatán que votaron por él para que termine con la migración”, dijo con tristeza en breve charla, vía telefónica, con La Silla Rota.
Yucatán se prepara para recibir a migrantes deportados
La Pastoral de Movilidad Humana de Yucatán ya se prepara para la ola de personas migrantes que se espera tras la toma de protesta de Donald Trump. Actualmente, es la arquidiócesis la que se encarga de dar refugio a las y los migrantes, no el Instituto Nacional de Migración (INM), ya que no cuenta con la capacidad de acogida.
En la capital de Yucatán, la ciudad de Mérida, existen dos albergues fijos para personas migrantes y un comedor. De momento, todos los espacios se encuentran a su máxima capacidad, pero aun así están en disposición de habilitar las parroquias si es necesario.
“En esta contingencia del cambio de gobierno de Estados Unidos, la arquidiócesis está preparada con los recursos que tiene para dar respuesta a la llegada de personas deportadas y migrantes centroamericanos que llegan a Mérida”, expresó Enrique Puc, encargado del albergue para migrantes.
En los albergues administrados por la iglesia hay personas de países como Honduras, Venezuela y algunas regiones de África. Incluso reciben migración interna de México, es decir, mexicanos que llegan buscando nuevas oportunidades en Yucatán.
El Instituto Nacional de Migración ya se ha puesto en contacto con la Pastoral de Movilidad de Yucatán para trabajar en coordinación y estar a la expectativa de la llegada de personas migrantes deportadas.
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Las cifras de la deportación: Yucatán no es la excepción
En el caso de Yucatán, hasta noviembre de 2024, los datos del Boletín de Estadísticas Migratorias del Gobierno Federal señalan que 411 personas yucatecas fueron deportadas: 316 eran hombres y 95 mujeres.
Con la declaratoria de alerta en la frontera sur, anticipada en su discurso de protesta por Donald Trump, es probable que las personas migrantes sean obligadas a vivir aún más en la clandestinidad.
“Es triste y de cuidado, y creo que en esta ocasión sí aumentará el número de deportaciones. Ojalá Yucatán se prepare para apoyar a los yucatecos deportados que son tirados en la frontera solamente con sus conocimientos y experiencia”, manifestó Ángel Basto, abogado experto en derecho migratorio.
**El nombre real de la mujer migrante fue modificado por seguridad.