CHIAPAS

Pobreza en Chiapas no cede; Becas Bienestar para niños no llegan

Aunque 25 mil chiapanecos salieron de la pobreza extrema, durante el sexenio que concluye, en la entidad hay más de millón y medio de personas en esa condición. Una madre ha pedido, durante varios años, becas para sus hijos y éstas no han llegado

Selene y su esposo han batallado para que les den becas a sus hijos pequeños.
Selene y su esposo han batallado para que les den becas a sus hijos pequeños. Créditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ | LSR
Carlos es uno de los miles de chiapanecos que viven en pobreza. Créditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ | LSR
Enrique, a sus 87 años, todavía trabaja, pues sabe que los apoyos de gobierno “no son eternos”. Créditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ | LSR
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En la colonia Viva Cárdenas, municipio de San Fernando, Chiapas, Selene se rasca la cabeza porque, a un mes del inicio de clases, los gastos fueron importantes para su marido y para ella: 300 pesos de inscripción para dos de sus tres pequeños hijos que van a la primaria. Más zapatos, uniformes, mochilas y una larga lista de materiales de papelería que utilizarán durante el ciclo escolar.

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Sin seguridad social, ni prestaciones, y con un espacio que les presta su suegra para vivir con un poco de block y techo de lámina, la ama de casa cuenta que, en ocasiones, ha sido complicado conseguir el recurso, pues su esposo es obrero y lo que percibe “es al día”. Si bien les va, en una jornada obtiene entre 200 o 400 pesos, pero eso dependerá si le dan chamba.

Aunque el “fuerte” de su esposo es el campo, la mujer cuenta que él le entra a lo que sea: de pintor, albañil u otros oficios. Y cuando se puede, en la mesa pueden servir carne, al menos, de pollo, como parte del menú.

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Lo que le preocupa es que, a pesar de que metió los documentos de sus tres hijos pequeños para conseguir el dinero de la beca federal, no pudo obtenerlo. 

“Lo necesitamos, pero no sé por qué no sale; he revisado en línea (internet) si ya salimos, y nada”, lamenta.

¿Por qué no le dan la Beca del Bienestar a las madres chiapanecas?

Selene cuenta a La Silla Rota que hace como tres años inició el proceso para tratar de salir beneficiados, luego insistió en el 2023, pero tendrán que esperar a la siguiente administración federal. Según ella, hay más familias en las mismas condiciones: sin una respuesta positiva.

Otra situación que se les dificulta, asevera, es cuando alguno de ellos se enferma, debido a que acudir al centro de salud del pueblo no es garantía de una atención adecuada. “Te dan la consulta, pero no medicamentos, el tratamiento, entonces es como de vicio, porque lo tenemos que comprar”, revela.

Durante la temporada de lluvias, dice la mujer que cuenta con estudios hasta la mitad de la preparatoria, a su cónyuge se le dificulta más obtener un empleo, “por ello aprendió a hacer otras cosas, más que sólo el campo”.

Foto: Christian González

Los pobres de Chiapas y el país, otra deuda pendiente

Aunque en su discurso de “inyectarle” miles de millones de pesos a los programas sociales serviría como una “panacea” para cumplir con su tan reiterado lema de: “primero los pobres”, el presidente Andrés Manuel López Obrador no pudo cumplir con sacar a México de la pobreza y de la pobreza extrema, de acuerdo con especialistas consultados.

A un día de que se termine su sexenio, las cuentas no salen como él hubiera querido: en 2018, cuando comenzaba su mandato, la población en situación de pobreza era de 41.9 por ciento, es decir lo equivalente a 51.9 millones de personas en esa condición; mientras que la sociedad en situación de pobreza extrema era de 7.0% (8.7 millones de personas).

Asimismo, 82.7 millones de ciudadanos (66.3%) presentaban al menos una carencia social; quienes no tenían acceso a servicios de salud alcanzaron el 16.2% (20.2 millones) y por falta de acceso a la seguridad social: 53.5%, es decir 66.8 millones de mexicanos.

Para el 2022, cuando el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó su última medición, el país arrojó los siguientes datos: más población en situación de pobreza: 43.9%, equivalente a 55.7 millones de personas.

Entre otros datos, especificó que en pobreza moderada había 36.3% (46.1 millones de personas), mientras que en pobreza extrema aumentó de forma notoria: 7.6% (9.6 millones).

Chiapas, el “pulso” tangible de la pobreza

Chiapas es, además de un estado rico en flora y fauna, un “pulso natural” donde se mide a la perfección tanto la pobreza como la pobreza extrema.

De acuerdo con datos del Coneval, esta entidad del Sureste mexicano logró salir, en alrededor de 10 puntos porcentuales, de la pobreza en este sexenio.

Sin embargo, para Jorge López Arévalo, economista de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), los que no “corrieron con la misma suerte” fueron quienes viven en pobreza extrema.

Basado en cifras del Coneval, advirtió que poco más de 25 mil chiapanecos lograron sacudirse la pobreza extrema, porcentaje que, de acuerdo con su análisis, es irrelevante, debido a que hasta el 2022 había 1,607,500 personas viviendo en esta última condición.

“No hubo una fuerte reducción de la pobreza extrema”, insistió. No obstante, comentó que otro indicador que deja mal parada a la entidad es la parte de las carencias sociales, “esto tiene que ver con la política pública”, criticó.

Con base en el economista López Arévalo, Chiapas tampoco avanzó en el tema del rezago educativo, pues sus indicadores se mantuvieron sin cambios desde el 2018 al 2022.

“En términos absolutos, el rezago educativo aumentó: pasó de 1,667,600 a 1,772,400, aun cuando en términos relativos, en porcentajes, hay una ligera reducción. Pero como de 2018 a 2022 incrementó la población, hay más chiapanecos rezagados en ese sentido”, argumentó.

Eso no es todo. El especialista alertó que Chiapas aún es el estado que muestra la mayor desigualdad en la distribución del ingreso de todo el país, según datos analizados del Coneval. “Entonces, no es para que se echen las campanas al aire”, refuta.

Carlos, la tempestad de ser pobre

“Mire, tengo que hacer una zanja para que el agua (de la lluvia) no se meta a mi casita”, dice Carlos Humberto Cruz Flores, quien enseña el espacio que renta en la parte más alta de la colonia Diana Laura, ubicada al poniente sur de Tuxtla Gutiérrez.

Por 600 pesos al mes, detalla, tiene derecho a vivir en un espacio, de madera y lámina, en el que sólo entra su cama, la que comparte con su actual esposa. Mientras que, en un pequeño patio, está su baño y, por fuera, una mesa con una parrilla arriba, la cual hace las veces de una cocina.

Carlos es uno de los miles de chiapanecos que viven en pobreza. Foto:
Christian González
Carlos es uno de los miles de chiapanecos que viven en pobreza. Foto:
Christian González

Como tiene 61 años de edad, él no recibe ningún tipo de apoyo; sin embargo, la situación es peor porque padece diabetes, no puede caminar bien por un problema en la columna y no mira de forma adecuada de un ojo porque, hace tiempo, recibió un golpe con la cacha de una pistola al momento de ser asaltado.

Hace como 10 años, recuerda, era chofer de un taxi, pero como su salud se deterioró, ahora sólo consigue empleo como vigilante de algunas casas cercanas a donde vive, o si le sale otro tipo de empleo, lo toma, como arrancar el monte en terrenos privados. 

“A veces me dan 200 pesos por noche, pero no es seguido”, revela.

Lo que los salva, dice, es que su mujer es cocinera de un hotel, en donde por fortuna le brindan seguridad social, aunque el sueldo que ella percibe no les alcance para mucho.

De hecho, advierte, están a punto de conseguir un mejor lugar para vivir, “es una casita más arribita de acá, nos cobran 500 pesos mensuales, pero está mejor”, dice el hombre quien, con un palo que le sirve de bastón, logra dar algunos pasos.

“Hay días buenos, hay días malos, y pues hay que comer lo que sea, pobremente pero ahí vamos pasándola”, subraya Carlos, quien augura que pronto pueda recibir algún apoyo gubernamental.

Carlos es uno de los miles de chiapanecos que viven en pobreza. Foto:
Christian González

Enrique, sin pensión, ni otros beneficios

A sus 87 años de edad, Enrique Vázquez Jiménez aún tiene las fuerzas suficientes para seguir caminando y, a la par, cargar un guacal con plantas para vender. El originario del municipio de Berriozábal, situado a 10 kilómetros de la capital de Chiapas, pese a que recibe el apoyo bimestral del Bienestar, sabe que tiene que “chambear” porque este programa, de la noche a la mañana, puede desaparecer.

Aunque ya sacó adelante a sus tres hijas (ya todas casadas), el comerciante camina varios kilómetros al día, bajo el intenso sol u otra inclemencia del tiempo, no sólo en su tierra natal, sino en otros municipios cercanos, como San Fernando, Tuxtla Gutiérrez o hasta Ocozocoautla de Espinosa, en donde las ventas son mejores para él.

Enrique, a sus 87 años, todavía trabaja, pues sabe que los apoyos de gobierno
“no son eternos”. Foto: Christian González
Enrique, a sus 87 años, todavía trabaja, pues sabe que los apoyos de gobierno
“no son eternos”. Foto: Christian González

Hasta hace cinco años, recuerda, sembraba maíz en su parcela, pero lo dejó de hacer porque la sequía y otros factores impidieron que se diera como en otras épocas. Ante ello, buscó un nuevo oficio, el de la venta de plantas.

En un buen día, Enrique vende alrededor de cinco plantitas, lo que equivale a casi 250 pesos, dinero obtenido en una jornada diaria de 6 u 8 de la mañana, hasta 7 u 8 de la noche.

Para él, refiere, el trabajo lo dignifica y no puede parar porque está acostumbrado y le gusta. Además, revela, su esposa falleció hace 24 años, por lo que en su mente sólo pasa recorrer todos los rincones de cada lugar que visita, pues no tiene que rendirle cuentas a nadie.

“Mis hijas me apoyan, me dan comidita y todo, me lavan mi ropita”, presume Enrique quien, a lo largo del tiempo, pudo construir una casa, pero ahora está por terminar las bardas que la rodeen, todo a base de esfuerzo.

Pese a que no padece otra enfermedad más que un dolor casi incesante en el cuello (debido a que carga todos los días sus productos), menciona que, mientras tenga fuerzas y, sobre todo, necesidad, no dejará de trabajar.

De hecho, él sabe otros oficios, como tejer hamacas o morrales, pero lo suyo, al menos desde hace un lustro, es comercializar plantas.

Enrique, a sus 87 años, todavía trabaja, pues sabe que los apoyos de gobierno
“no son eternos”. Foto: Christian González

¿Informe maquillado?

En el último de sus informes, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas dijo que, “con la suma de estrategias y programas del gobierno federal y estatal, de acuerdo con la medición del Coneval, en este sexenio, en Chiapas logramos una mejora muy significativa, el indicador en situación de pobreza disminuyó 10.63%, siendo la reducción más alta a nivel nacional. 

"Este resultado es la mejor obra de mi gobierno, me siento muy orgulloso y puedo decir: 'Misión cumplida'".

Sin embargo, el experto en temas financieros, Jorge López Arévalo, advirtió que, en primer lugar, los datos de pobreza de 2024 saldrán en 2025, ya que se toma como base la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) que se realiza en este mismo año. 

“Hay datos de 2018 a 2022, nada más”.

En segundo lugar, agregó que, si bien Chiapas ha sido uno de los principales beneficiarios de la política social del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, y que disminuyó la pobreza de acuerdo con el Coneval, “esta entidad sigue siendo la que tiene el porcentaje de pobreza más elevado del país”. 

Además, analizó que la disminución de la pobreza es multifactorial y aparte de los programas sociales y aumento al salario mínimo, disminuye también por las remesas que pasaron de 845 millones de dólares en 2018, a 4,367.3 mdd en 2023, “por eso Chiapas, en recepción de remesas, pasó del lugar 16 en el país hace casi seis años, al cuarto en 2023”.

Otro factor que contribuye a la disminución de la pobreza, según otros especialistas, es la emigración de los pobres que ha aumentado en gran medida, sobre todo por la pandemia por la Covid-19 y por los desplazamientos de población de los lugares en conflicto por el crimen organizado.

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