Tuxtla Gutiérrez.- En 2016, Mario Leonel Gómez Sánchez recibió amenazas de muerte por su labor periodística y, ante ello, buscó ayuda. Sin embargo, el 21 de septiembre de 2018, uno de dos hombres que viajaban en una motocicleta le disparó afuera de su domicilio en el municipio de Yajalón, Chiapas; el periodista cayó herido, pero minutos después falleció.
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En un lapso de seis años, el avance ha sido a “cuentagotas” a pesar de que tres sujetos ya recibieron una sentencia: Juan David Martínez Trujillo y Óscar Leyver Acosta González, ambos con 25 años de prisión, mientras que Juan Pablo Pinto Gutiérrez recibió 18 años y seis meses; hay otros tres implicados que aún no son juzgados.
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Durante un homenaje rendido este sábado en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Balbina Flores Martínez, coordinadora de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), manifestó que, si bien es cierto que hay tres sentenciados, el caso no está resuelto.
Tras recordar que no hay avances en la investigación del los autores intelectuales, aclaró que son sentencias que, al final de cuentas, no están firmes, “y el hecho de que haya detenidos sin sentencia, también es una preocupación”.
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A la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), le demandó avanzar lo más pronto posible en el proceso de la reparación integral a las víctimas, como las garantías a la no repetición a la que tienen derecho.
Hermetismo y omisión
Para analizar el caso de Mario, dijo que solicitaron una reunión con autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero no obtuvieron una respuesta positiva, “lo que lamentamos muchísimo”.
Por su parte, Nancy Gómez, hermana de Mario Gómez, en su momento corresponsal de periódicos como El Heraldo de Chiapas, evidenció que ha sido una justicia “a medias”, pues los sentenciados están amparados.
Inclusive, comentó que están en espera de que les brinden las fechas de las audiencias de juicio oral de tres personas, quienes están recluidos en el penal de Ocosingo, “pero no nos dan una fecha, sólo esperamos que no pase de este año”.
Basada en los argumentos de su abogado, aseveró que la carpeta de investigación “está más llena de paja, no hay una investigación correcta, muchas evidencias quedaron sueltas; ya nos cambiaron hasta de fiscal de Ministerio Público, y eso es un riesgo, porque el anterior fiscal ya se deslindó (…) La propia Fiscalía ha sido omisa, como lo ha sido con darnos información en torno al autor intelectual”.
Para ella y sus familiares, no es justo que el asesinato de Mario Gómez sea “enterrado”, y peor aún, dijo, es que en Yajalón ya no haya periodistas por temor a ejercer ese oficio como lo hacía su hermano.
Lo más lamentable o preocupante, mencionó, es que han recibido amenazas de muerte, mismas que ya denunciaron ante la instancia competente, por lo que viven con incertidumbre al insistir en que se haga justicia.
De nueva cuenta y ante el panorama de violencia que se vive en la entidad, Balbina Flores, de Reporteros Sin Fronteras, lamentó que en Chiapas haya desaparecido la Fiscalía Especializada en Atención a Periodistas, lo que incluso pasó desapercibido no sólo para el mismo gremio sino para otras instancias.
Necesario documentar todas las agresiones
Lo que se tiene que hacer de ahora en adelante, opinó Jan-Albert Hootsen, del Comité para Protección de Periodistas, es documentar todo lo que ocurra en el estado, “porque muchas veces los detalles de los casos se pierden, y luego todo se generaliza, y por eso se les da más herramientas a las autoridades para ignorar la problemática”.
Advirtió que, incluso, la Reforma Judicial aprobada hace como una semana representa un retroceso para la búsqueda de justicia en casos como el de Mario Gómez, a sabiendas de que interfiere un factor político.
“A pesar de muchos desacuerdos que tenemos con las autoridades, debemos seguir buscando el diálogo, porque hemos visto que en algunos casos (de periodistas asesinados) como el de Javier Valdez o el de Miroslava Breach, cuando hay una especie de tormenta perfecta entre organizaciones y familiares, sí se pueden lograr avances importantes como sentencias condenatorias”.
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VGB