CHIHUAHUA. - En medio de una de las peores sequías recientes, agricultores de Chihuahua están cosechando toneladas de hortalizas en el desierto, esto se logró gracias a la implementación de técnicas israelíes y de microaspersión. Estos campesinos cultivan calabacitas, chiles, cilantro, cebollas y tomates con calidad de exportación, enviando sus productos a Japón y otros países asiáticos.
Javier Meléndez Cardona, productor en Samalayuca, un seccional del municipio de Ciudad Juárez, explicó que antes cultivaban frijol, maíz y algodón, pero encontraron en las hortalizas una alternativa más rentable, especialmente en la producción de calabacitas. Las condiciones agroecológicas del desierto, con altas temperaturas y cielos despejados, resultan ideales para estos cultivos.
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"Este año, cuando el calor y las horas sol han sido muchas, y nos ha llevado a temperaturas arriba de los 40 grados, esto ha favorecido la producción de calabacitas. Empezaremos a producir antes del 15 de junio", comentó Meléndez a la agencia de noticias EFE.
El mes de mayo de 2024 fue el más caluroso en México desde 1953, con una temperatura media nacional de 27 grados, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Más de la mitad del territorio mexicano, el 54.71 por ciento, estaba en algún nivel de sequía al 30 de junio, y el 85.5 por ciento del estado de Chihuahua enfrentaba sequía extrema según el Monitor de la Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
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Productos de calidad
A pesar las malas condiciones climáticas, Meléndez afirmó que están exportando verduras a Asia.
"En Samalayuca se producen 50 toneladas diarias de calabacita, que se destinan al mercado local, a la capital de Chihuahua, y el 80 por ciento se envía a Sonora, que maneja los contratos para el mercado nacional y extranjero de calabacitas".
Durante los tres meses de cosecha, recolectan 4,500 toneladas de calabacín y una cantidad similar de otros vegetales.
El secreto y los cuidados
Los agricultores han adoptado "técnicas israelíes en el cuidado del agua", utilizando microaspersión, aspersión, cintilla y acolchado para maximizar la eficiencia del riego.
"Nosotros hacemos producir la tierra y, sobre todo, no gastamos más agua de la que la planta necesita para crecer, desarrollarse y dar frutos", señaló Meléndez. El agua es un recurso valioso y escaso en el desierto, y obtenerla requiere excavar pozos profundos.
Manuel Barrientos Canizales, otro productor que se trasladó desde Durango para trabajar en Samalayuca, resaltó los esfuerzos realizados para mantener la producción a pesar de la falta de lluvias.
"Aquí ya tenemos rato que no nos llueve y mire cómo tenemos todo verde, todo el ambiente, a punta de esfuerzo y de riego de pozo", expresó.
El éxito de estos agricultores en el desierto de Chihuahua, utilizando técnicas innovadoras para superar las condiciones extremas, demuestra su capacidad de adaptación y resiliencia. Han logrado producir alimentos de alta calidad para exportación, incluso en medio de una sequía severa, subrayando la importancia de la innovación en la agricultura.
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