PUEBLA. - Desde varios puntos de la ciudad de Puebla se puede admirar la lujosa Torre Helea, que tiene como estilo un espiral de 150 metros diseñada por Juan Pablo Gayol Bulne, gracias a su forma brinda una vista panorámica de 360 grados a sus 94 residencias construidas de forma escalonada en los 33 niveles que componen el edificio, aún sigue en preventa y se espera que sea abierta pronto.
Edificada en un área de 41 mil metros cuadrados, cada piso de la torre alberga tres departamentos rectangulares dispuestos en forma de una hélice que gira 15 grados en sentido contrario a las manecillas del reloj.
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La distribución rotatoria de este edificio residencial no sólo dota de ventilación e iluminación natural a los departamentos, también les brinda una vista única desde donde se pueden apreciar lo mismo los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl o La Malinche y el Pico de Orizaba que quedan del lado contrario.
Gracias a su diseño innovador, todos los departamentos quedan parcialmente suspendidos en el aire con un voladizo de hasta 20 metros.
Los departamentos se dividen en tres tipos, el primero de 324 metros cuadrados, el segundo de 289 m2 y el tercero de 272 m2. Todos cuentan con tres recámaras, sala, comedor, cocina, terraza y dos cajones de estacionamiento; dos o tres baños completos, un medio baño y un baño de servicio.
La Torre Helea tiene para sus residentes áreas y servicios como el Roof park, un amplio espacio al aire libre que cuenta con cancha de pádel, un circuito para trotar, un área para asadores, además de zonas de juegos y para las mascotas. Todo con una espectacular vista hacia los volcanes y a la capital poblana.
Tiene una piscina rodeada de áreas verdes y equipada con iluminación LED, con un diseño tipo espejo de agua; además del Wellness center que incluye un gimnasio completo y multifuncional, un spa y un salón de belleza.
El edificio residencial también tiene en sus instalaciones un restaurante abierto no sólo para los residentes sino para el público en general, un sports bar y un área de coworking. Cuenta también con un salón de usos múltiples que puede usarse para reuniones, exhibiciones, fiestas y distintos eventos sociales; está techado y se ubica junto a la piscina y las áreas verdes, lo que permite disfrutar de estos espacios durante el evento que se lleve a cabo.
Para poder edificar esta estructura única en su tipo, se utilizó una cimentación profunda con 54 pilas de concreto hincadas a 40 metros de profundidad y coronadas por una losa octagonal de concreto de 2.5 metros de espesor y 30 metros de ancho.
Fueron necesarias 500 toneladas de acero y 5 mil metros cúbicos de concreto para levantar la estructura y garantizar su seguridad estructural.
Durante años, los poblanos se preguntaban qué era ese inmenso cilindro de concreto de más de 150 metros de altura. La respuesta: se trata del núcleo del edificio compuesto por mil 500 toneladas de acero y 6 mil metros cúbicos de concreto, alrededor del cual se construyeron los departamentos.
Ahora, esta estructura, que ya no es visible, alberga los ascensores y las escaleras. La estructura de acero que rodea el núcleo y sostiene los departamentos, la cual es el componente estético que distingue al edificio, está conformada por 3 mil 700 toneladas de acero.
Por su complejidad, requirió más de un año de cálculo y diseño y más de dos de fabricación y montaje para dar forma final a uno de los proyectos arquitectónicos más originales de México, que en 2018 fue nominado en el World Architecture Festival en la categoría de proyectos residenciales.
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